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F. DE VILLALPANDO, PROTAGONISTA. 27 A mediados de ju lio de 1766, con las vacaciones de san Buena­ ventura, terminaron para él los siete años de estudios filosófico- teológicos. Previamente había superado el examen de aptitud para confesor, en abril del citado año. IV La carrera se clausuraba con un magno examen acerca de toda la teología dogmático-especulativa, en presencia del definitorio pro­ vincial en pleno; el resultado podía ser decisivo para obtener del General de la Orden facultades para predicar. De la nueva plantilla de sacerdotes debía surgir, mediante reñida oposición , el futuro «Maestro de Estudiantes» que ocupara el pues­ to vacante por el ascenso a Lector de quien lo había desempeñado en el septenio caducado. A com ienzos de 1767 fueron convocados los más sobresalientes de su prom oción a ese pugilato intelectual. Las oposiciones no se celebraron hasta el mes de mayo. Se presentaron solamente cuatro pretendientes, los únicos que se sentían o eran considerados con aptitud para el estudio magistral y la docencia. La pequeña lista de coopositores estaba encabezada precisamen­ te por Francisco de Villalpando, sin duda por ser «el menos anti­ guo». Se dieron a escoger tres piques en Filosofía y el interesado eligió un problema de la Física tradicional — U trum in ter ma teriam et fo rm am in terceda t un ió d istincta — . Si el argumento llama la atención por su arcaísmo filosófico, también puede verse en la elec­ ción de un tema físico, entre los varios presentados, la predilec­ ción que Villalpando mostrará siempre por el aspecto cien tífico de la Filosofía, aspecto que daba en el siglo x vm tanto prestigio a la Moderna com o desprestigio a la peripatética. Entre la elección del problema y su defensa mediaba un día de intensa preparación, al cabo del cual se abría solemnemente el con ­ curso. En el aula esperaban al opositor, con el P. Provincial y su Defi­ nitorio, los ex-Lectores de Teología, entre ellos el que se Ja había enseñado a los contendientes, Isidoro de Fermoselle. Ante ellos expuso erudita y profundamente la cuestión su defen­ sor, y la resolvió negando se dé unión distinta entre la materia y la nes sagradas sobre los varios géneros que comprehende la elocuencia del púlpilo, 7 tomos, Madrid 1787.

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