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14 G E R M A N Z A M O R A seguir y tener pronta para los jóvenes una educación que, llegue o no llegue al término de la carrera literaria, servirá p o r lo menos para sacarles de la clase de idiotas, despertar sus talentos y ha cerles ciudadanos útiles en cualquier d e s t in o ...» 17. En pro de los dos célebres Colegios de los jesuítas de Villa- garcía de Campos y de San Ambrosio milita sólo la ligazón con los mismos del P. Francisco de Abastas, que había sido rector, y de D. Juan Antonio de Abastas, que había estudiado Artes en el se gundo. Este hecho y el de ser, a la razón, dicho sacerdote párroco en Valladolid, en cuya Universidad ingresaría pronto Fernando, mueven a pensar que estudiara la Filosofía y demás «Artes» en el Colegio de San Ambrosio de dicha ciudad, entre los 12 y los 14 años '8. La Filosofía estudiada por él fue ciertamente la peripatética, según propia confesión, único sistema oficialmente adm itido l9. Ade más de esa limitación ideológica, las había de otra índole en la enseñanza de la Filosofía y que no eran exclusivas de España, com o la poca edad de los alumnos y, con mucha frecuencia, tam bién la de los «maestros en Artes». ¿Qué inteligencia de los pro blemas de la lógica, la crítica o la metafísica podían tener unos oyentes apenas salidos de la niñez? Y ¿qu é preparación científica o autoridad moral los imberbes bachilleres destinados a explicar esas disciplinas en no pocos casos? 17. El Colegio de San Mateo, de Valderas, a pocos kilómetros de su pueblo natal, había sido fundado por D. Mateo de Villafañe y Panduro, obispo de la Paz (México). Cf. Real Provisión acerca de los Cursos de Artes tenidos en el Colegio de Valderas, en la Colección de las Reales Ordenes expedidas por S. M. y Señores del Real y Supremo Consejo de Castilla para el mejor gobierno de esta Real Universi dad de Valladolid, arreglo y fomento de sus Estudios..., Valladolid 1771, II parte, 92. 18. En esta ciudad era párroco de San Lorenzo, desde 1749, y lo sería hasta 1756, su tío D. Juan Antonio de Abastas. Había hecho una carrera brillante: ocho años de Artes y Teología en el citado Colegio de San Ambrosio (1725-1733); en 1733 se bachilleró en ambas Facultades en la Universidad vallisoletana; en 1739 se licen ció, por la de Avila, en Teología; en 1748 hizo lo propio por la de Valladolid, docto rándose a los pocos días. Opositó y ganó luego las cátedras de Retórica (1751), Filo sofía Moral (1761), Teología de Suárez (1762), San Anselmo (1765), de Instituciones Teológicas o «Santo Tomás», y de Sagrada Escritura (1776-1781). De 1774 a 1776 fue vicerrector de la Universidad. Entre los cargos eclesiásticos, aparte los de párroco de varios lugares de la diócesis de Astorga y de la de Avila, fue canónigo de la catedral de Valladolid (1756), y Juez sinodal y examinador del obispado desde 1773 hasta su muerte, ocurrida en Simancas en 1781 (cf. AUV (Archivo de la Universidad de Valladolid), legs. 342, 330 y 337; Ib., Libro de Matrículas de la Facultad de Artes, de San Lucas de 2 745, f. 2; Ib., L. 70, f. 159 v; Archivo de la Catedral de Valla dolid, Libro del Secreto del Cabildo... (1738-1763), f. 478; Libro del Secreto del Ca bildo... (1764-1786), f. 398. 19. AHN, Consejos, leg. 50.769, f. 5.
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