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GABRIEL DE SOTIELLO 453 algo que pertenece únicamente al campo de la afectividad. En san Buenaventura esa religiosidad brota de su filosofía cristiana y tiene raíces metafísicas. ¿Cuáles son los rasgos de la creatura en contraposición a lo que es Dios? El autor los sintetiza en uno, la vanidad de la creatura, ese su salir de la nada y tender de suyo hacia la nada. La creatura cam­ bia y ese venir de la nada y tender hacia la nada es su característi­ ca ontològica. La creatura es sombra, tiniebla, mentira. Frente a ellas se yerguen la verdad, inmutabilidad y simplicidad divinas. En varios cuadros se nos presenta el contraste entre las propiedades de Dios y las propiedades de las criaturas, aunque el santo no hace una elaboración sintética de dicho pensamiento, sino que lo deja disper­ so a través de sus obras. Con ello tenemos un primer acceso a la trascendencia divina, que va del concepto común sobre Dios y de su idea del ens nobilissi- mum al concepto de Dios que emerge del contraste entre las propie­ dades de las criaturas y las propiedades de Dios. Esto es lo que el autor desarrolla con más amplitud en el capítu­ lo segundo, en torno a los caracteres divinos más reveladores de su trascendencia. Y entre ellos ninguno como el de “ ipsum esse puris- simum” . Sobre todo en el cap. 5 del Itinerarium encontramos lo que se ha llamado “himno metafisico en honor del Ser puro” . Un Ser que consiste en la total fuga de ia nada, como ésta es la total fuga de! ser. Sólo Dios es por sí mismo, en plena autosuficiencia, mientras la creatura manifiesta su total dependencia. En esa perfección total de Dios nos encontramos con el mejor signo de su trascendencia. Pero como no hay ningún nombre que agote la divina esencia, san Buenaventura realiza un acoso intelectual mediante nuevos con­ ceptos. Entre ellos el de “ ens primum” . A través de diversas obras de san Buenaventura va el autor recogiendo referencias a esta pri- midad de Dios, de modo que puede escribir que “ la consideración de Dios como un en s primum es algo fundamental” (74). L a p r im a r ie d a d queda implicada con otras propiedades d iv in a s , ta le s como la d e l “ e n s summum” o la del “ ens nobllis&imum’'. A l lado de la primidad nos encontramos con la simplicidad divi­ na frente a la composición de toda creatura. Esa simplicidad la con ­ sidera el santo como u n modo nobilísimo de unidad, privativo de D io s . A u n q u e a primera v is ta aparece como un atributo negativo,

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