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E. RIVERA DE VENTOSA 4 4 7 sentamos: De K an t a Santo Tomás, intentamos hacer ver que la única vía para superar el subjetivismo, incrustado en la médula del pensamiento de hoy día, es volver de nuevo a la tesis metafísica de la objetividad de la verdad, fundada en Dios, y que ha sido formu­ lada en este principio metafísico siempre vigente: Omne ens est v e - rum. III. Observaciones críticas Nada más loable y necesario que cotejar el pensamiento de To­ más de Aquino con el pensamiento de hoy. Lo que no procede es fa l­ sificar de un modo o de otro aquel pensamiento para hacerlo más asimilable en la hora presente. Hacemos esta primera observación, que pudiera parecer hirien­ te y hasta desmesurada, porque nos pareció advertir a lo largo del Congreso una prevalencia de lo humano y filosófico frente a la cla­ ve de bóveda del pensamiento tomista. Este es un pensamiento teo- céntrico, aunque parta, vía inven tion is, de abajo, de lo sensible. Y Dios es la clave de bóveda de todo el sistema ideológico del doctor medieval. La prevalencia de lo humano y filosófico se sintió en el Congreso desde su misma formulación. Santo Tomás es, sin duda, un gran filósofo. Jaspers lo cataloga entre los tres máximos sistemáti­ cos de todos los tiempos, con Aristóteles y Hegel. Pero esta perspec­ tiva filosófica no debiera hacernos perder de vista que Tomás de Aquino es primariamente un teólogo. Y desde la teología, que no os­ curece sino que ilumina su filosofía y nuestros problemas, hay que estudiarlo primariamente. El Congreso no pareció, sin embargo, se­ guir esta línea íntima al doctor Angélico, sino que polarizó primor- dialmente sus investigaciones a los problemas filosóficos. El elenco de los temas generales de las secciones y los títulos de las comunica­ ciones apuntan tan preferentemente a lo filosófico que apenas se di­ visa en ocasiones la gran teología del Aquinate. Por otra parte, algu­ nos investigadores razonaban desde este complejo de prevalencia de lo filosófico. De aquí el esfuerzo de N. Nuyten por justificar el que en la Summa Theologica se estudie antes el tema del espíritu y el alma que el tema del cuerpo. Desde la visión teológica del doctor medieval y desde cualquier visión teológica que no sea mera condescendencia con el an tropocentrism o vigente hoy día, así tiene que ser. Y esto no implica ninguna condescendencia con cualquier clase de dualismo platónico, tan ajeno a la filosofía como a la teología del Aquinate.