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4 4 4 CONGRESO INTERNACIONAL. J. M. Aubert contrapuso entre si la libertad con las normas é ti­ cas, haciendo ver que la libertad no puede ser regla de sí misma, ya que relaciones como las que determina la justicia, exigen norma y reglamentación. Pero esta dependencia de la libertad respecto de la ley no justifica actitudes como la vigente en ciertos ambientes en los que se juzga que lo mejor es no tener nunca que elegir sino dejarse llevar de lo que manda un código determinado y fijo. Hasta el mis­ mo derecho natural debe hallarse impregnado del sentido de la li­ bertad por cuanto la libertad es una de las características esencia­ les de la naturaleza humana. M. L lamera hizo ver que la moral tomista es sustancialmente teocéntrica pero con un signo característicamente antropológico. Una moral operante y que responde a las exigencias de nuestro tiem­ po debe basarse en la antropología a quien debe iluminar la teología. Sólo así se evitarán las desviaciones del relativismo moral que ter­ mina siempre por ser desmoralizador y destructivo. * * * La quinta sesión del Congreso estuvo dedicada al tema del ser. G. Bontadini, al señalar que la aportación principal de Santo Tomás a la ontología clásica consiste en haber considerado al ser como acto, contrapone esta concepción a la de Aristóteles, la cual sería más bien una ontología del deven ir, no del ser. D. M. Philippe quiso hacer ver, por su parte, que el ser del que habla Santo Tomás no tiene nada que ver con el “ ser sa lva je” , radi­ cado en la pre-in teligencia . Tampoco procede distinguir el ser meta- físico del ser teológico en Santo Tomás, sino que una metafísica lle­ va necesariamente a la otra. Algo parecido sucede con la oposición que frecuentemente se establece entre Santo Tomás y San Agustín cuando, según la verdad histórica los grandes principios agustinianos son parte integrante y cualificativa del tom ismo. J. B. Lotz intentó aclarar la discutida oposición o corresponden­ cia entre la concepción del ser en Santo Tomás y en Heidegger. Con­ tra quienes opinan que Heidegger es el filósofo del ser como ser del hombre, el ponente mantuvo con decisión la tesis de que el Dasein es tan sólo el ser en el que el ser se manifiesta. Por lo mismo es ne­ cesario partir de un análisis existencial del hombre para determi­ nar las relaciones entre el hombre y el ser. Heidegger, por otra par­ te, achaca a la filosofía occidental el haber declinado hacia una me­ tafísica del nihilismo. Y esto por haber olvidado la vía del ser. Pero

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