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440 CONGRESO INTERNACIONAL. La realización de este programa pudo seguirse de cerca en las sesiones plenarias. Imposible en las secciones de trabajo en las que se simu ltaneaban hasta cinco o seis estudios a la vez. Por ello nos tene­ mos que lim itar en esta crónica a reflejar de modo muy parcial aquel ambiente de reflexión y de estudio. Pero antes de presentar la perspectiva ideológica del Congreso debemos hacer constar el relieve dado al m ismo por la presencia del Papa en el Aula M agna de las sesiones y por la recepción ofrecida a una representación del m ismo por el Presidente de la República ita ­ liana, G. Leone. El Papa aprovechó el solemne acto para subrayar que Santo Tomás es uno de los máximos maestros en la vida del pensa­ miento y, por lo m ismo, tiene un mensaje doctrinal para nuestros días de tan agitados problemas. Santo Tom ás, por otra parte, antes que cualquiera otra ciencia, enseña el arte de pensar bien, según la form a de Pascal: “Travailler á penser” . Esto es tan to m ás necesario hoy por cuanto existe un inmoderado a fán de modas intelectuales que las circunstancias ponen en vigencia mom entánea, debido a coe­ ficientes exteriores y ocasionales. El Presidente G. Leone, abogado profesional, tomó en el acto so­ lemne el empaque y el lenguaje propio de la profesión para recor­ dar la italianidad de Santo Tomás y ponderar sus grandes aporta­ ciones en el campo del derecho natural con ideas que se hallan en la base de la democracia cristiana. Otros temas de crónica del Congreso fueron las excursiones a los lugares vinculados a la vida de Santo T om á s: monasterio de F o s- sanova, donde murió el santo cam ino del Concilio II de Lyon ; R o c- casseca y Aquino donde nació y pasó sus primeros años infantiles. Los Aquinates brindaron a los congresistas en su amplia plaza una summa, no tom ista, sino folklórica, de sabor típicamente medie­ val. Y a en Nápoles se tuvo en la tarde del día 22 un hom enaje de la ciudad a su paisano, el gran doctor de Aquino, en el teatro fastuoso de San Cario. En dicha sesión, después de los saludos de rigor pro­ nunciados por el P. Provincial de los Dom inicos y por el “ Sindaco” de la ciudad, el Cardenal Ursi puso en relieve las vinculaciones de Santo Tomás con Nápoles en cuya universidad inició sus estudios superio­ res y donde sintió la llam ada para ingresar en la Orden de Predica­ dores y a donde volvió de París al final de sus días. Cerró el hom e

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