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414 OPCIONES SOCIO-POLITICAS DE LA IGLESIA LATINOAMERICANA E n L a tin o am é ric a estas cuatro a ctitudes fo rm an todav ía p a re n ­ tesco, pero no ta n acen tuado como en los países de otros co n tin en ­ tes. An te la ap a rició n del p r o fe ta se va observando un respetuoso silencio . Y a no se tra ta de p a lab ra s u opciones in te lectu a le s, se tr a ­ ta de un comprom iso v ita l que nad ie puede negar, n i tan siqu ie ra a fro n ta r con meros verbalismo s. Se comprende que no se puede se­ gu ir viviendo la vida evangé lica pegados a la V erdad In te g ra l y te ­ n iendo como m isión ca si ú n ica la defensa d ia lé ctica de la m ism a. De ha ce rlo aún du ran te algún tiempo se co rre rá el peligro de no en ­ tender n i ser entend idos por el mundo. E n un documento em anado del S em in a rio sobre “V isió n c r is t ia ­ n a de la fo rm ación social de la ju ven tud la tin o am e ric a n a ”, se d e cía : “L a d ivisión dentro de la Ig le sia es v iv id a fund am en ta lm en te como un a c risis de fe. A medida que los m ilita n te s c ristia n o s id en tifican la fe con el comprom iso en la lu ch a por la lib e ra ción y, m irando a la je ra rq u ía , perciben que su comprom iso es con el sta tu quo, sie n ­ ten que la je ra rq u ía no vive u n a fe to talm en te consecuente. A fir­ m an que todo lo r itu a l en la Ig le sia carece en la a ctu a lid ad de sen ­ tido, convirtiéndo se en algo alienado r. M u e stra de ello se ría la p re ­ d icación que no parte de la rea lid ad y se e n cu en tra d isociada de la vida, que impide la re crea ción del m en sa je cristia n o por pa rte del pueblo” 9. Lo s m ismos obispos afirm a ron en M edellín que “no b a sta refle­ x iona r, log rar m ayo r c la riv id e n c ia y h a b la r ; es m eneste r ob rar. No h a dejado de ser esta la ho ra de la p a lab ra , pero se h a to rnado con dem asiada u rg en cia en la ho ra de la a c c ió n ” 2. Hacia el c om p r om iso . Y a hace bastan te tiempo que S c ia c c a escrib ió u n a s p a lab ra s que a lca n z a n aho ra su m áx im a expresión, sobre todo en este co n ti­ nen te. “E l cristian ism o , decía, es revo lución perenne o no lo es. P o r­ que u n cristia n ism o que se lim ita se a ser (como parece serlo en la p rá c tica común) u n elemento moderado, un freno , u n a rém o ra, a lo m as que e sta ría destinado se ria a sob revivir, a vegetar, traicionando mente. Si América L a tin a necesita hoy el signo de la justicia, tenemos que representarle el signo de la ju sticia”. 9. V a r io s , Juventud y cristianismo en América Latina (Bogotá, ed. Chapinero, 1970-72) 22. 10. Docum entos, ed. cit., “Introducción a las conclusiones”, n. 3.

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