PS_NyG_1974v021n003p0409_0438

4 1 2 OPCIONES SOCIO-POLITICAS DE LA IGLESIA LATINOAMERICANA ciones en la s que aún p rivan , con excesivo én fa sis, la s tend en cia s de la u ltrad e re ch a y la u ltra izqu ie rd a . P a r a m ucho s es claro lo que p ro ­ pone el P ad re G u tié rre z : “E s n ecesario y u rgen te p a ra los c ristian o s comprometerse con el proceso de lib e ra ción de este con tinen te op ri­ m ido, a travé s de u n a so lidarid ad re a l con los oprim idos, p rim e ra s v íc tim a s de la situ a ción . P a r a esto, y en p rim e r lugar, la Ig le sia to ­ da, ligada hoy de m il m ane ra s, ab ie rta o su tilm en te conscien te o in con scien tem en te, a l estado de cosas a c tu a l, debe rom per con él. No será ta re a fá c il. Rom pe r quiere d e cir d e ja r de lado in e rc ia s y t r a ­ d iciones, recelos y v ie jo s reflejos, v e n ta ja s y p rivileg io s de todo tipo ; acep ta r que el rostro de la Ig le sia se rá en u n fu tu ro próximo r a d ic a l­ mente diverso a l que aho ra conocemos. Supone gana rse la h o stilid ad — con todos los riesgos que eso con lleva— de los grupos dom in an tes; y, sobre todo, cree r en la fu e rza revo lu c io n a ria y libe rad o ra del m en ­ sa je evangélico, en u n a p a lab ra , cree r en el S eñ o r” 5. E s ta opción, prop ia de los llam ado s extrem istas, pero cada d ía m ás numerosos, ¿qué lím ite s tien e ? In fin ito s, si nos atenemos a lo que d ijo la A sam b lea Ep iscop a l P e ru a n a , d irigiéndose a cam pesino s y trab a jad o re s no cu a lificado s: “H arem o s todo lo posible p a ra a le n ­ tar, promover y favo rece r todos su s esfuerzos p a ra c re a r y de sarro ­ lla r sus p rop ias o rgan izaciones de base, en la re iv in d ica c ió n y con ­ so lidación de sus derechos y en la búsqueda de u n a v erdade ra ju s ­ tic ia ” . E s m ás, en otro lug a r se a c la ra que la denun cia de abusos e in ju s tic ia s ir á acom pañad a de “gestos concreto s de so lid a rid ad p a ­ ra con los pobres y op rim ido s” 6. No se tr a ta de d e la ta r aéream en te y sin comprom iso pe rsona l la situ a ció n , cosa que se h a venido haciendo desde el p rin cip io de la Ig le sia , y m ás conscien tem en te desde la pub licación de la s p rim e ra s e n c íc lic a s sociales. E sto no tr a ía como con secuencia la d isen sión y la lu ch a . Aho ra , en cambio, algunos sacerdo tes e stán p ra cticando un a tom a concreta de co n c ien c ia y adoptando un a po stu ra c la ra a n ­ te la s in ju s tic ia s estab lecidas. L a lu c h a in te rn a su scitad a como con­ se cu en cia es paten te. P a r a algunos esa m etedu ra en asun to s socio- po líticos será el fin de la “m isión específica” de la Ig le sia y e l p r in ­ cipio de la to ta l se cu la riza ció n . P a r a otros m ucho s p resb ítero s y la i­ cos se tra ta n ad a menos que de definirse como c ristia n o s “ en un 5. G. GUTIERREZ, o .c ., 11. 6 . Boletín del Arzobispado de Lima (abril 1971) 54.