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436 OPCIONES SOCIO-POLITICAS DE LA IGLESIA LATINOAMERICANA do hace referencia a la Iglesia Católica, ésta es muy pu jan te en el país y n ingún régimen político podrá acabar con la fe del pueblo mexicano. Es la nación latinoamericana que da a la Iglesia m ás vo­ caciones sacerdotales y donde el trabajo apostólico se desarrolla den­ tro de un clima de inquietud y preparación exquisitas. El capitán de la “insurrección social” desde la Iglesia en México lo es Mons. Méndez Arceo, criticado por unos y aplaudido por otros. En ju lio de 1970, en unión con todos los sacerdotes y laicos de su Iglesia, escribe al candidato Echeverría una carta en la que no pide antiguos privilegios para la Iglesia, sino simplemente un diálogo mutuo para poder colaborar ambos (Iglesia-Estado) al bien común de la nación, especialmente al resurgimiento de la dignidad del cam ­ pesino y del trabajador humilde. Un grupo de católicos progresistas atacan duramente algunas de las lacras de la política del país y censuran: el poco sentido demo­ crático de las elecciones, los misteriosos procedimientos electorales, identificación gobierno-partido oficial, fuerza m ilitar en los comicios, desaliento popular y grave corrupción de la política. Son muchas e interesantes las “ reflexiones” que en distintas diócesis del país han hecho grupos de sacerdotes y laicos, en juiciando desde el Evangelio la situación política mexicana y las injusticias sociales patentes. Cri­ tican asim ismo la actitud de la Jerarquía que hab la de las in ju sti­ cias pero no parece comprometerse con la liberación del pueblo. Y en un panfleto sin fecha el más significativo de los grupos, el RONDA , escribe: “P en sam os... que no estamos siendo fieles al servicio que nos ha sido encomendado en la Iglesia, enviada para salvar al mundo. Nos urge modificar nuestro ministerio de acuerdo Evangelio para contribuir a la liberación de nuestros hermanos, tan to de aquellos que sufren resignados, como de los que, tal vez inconscientemente, par­ ticipan activamente en las estructuras de la in justicia” . Puerto Rico es, para todos los efectos, una colonia de Estados Unidos. Aún en el terreno religioso gran parte de sus sacerdotes son norteamericanos.. La independencia del país, pues, es muy lim itada. El Com ité Nacional de Clérigos y Laicos de Puerto Rico protestó enérgicamente por la expulsión de los Padres Dom inicos de las pa­ rroquias de Yuco y Comerio. “De todas las denom inaciones cristia­ nas, dicen, se han lanzado sacerdotes y m inistros de sus puestos por

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