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MANUEL DIAZ ALVAREZ 42 1 E s curioso saber que los p ro fe tas e stuv ie ron siempre a l lado del pueblo cuando éste se h a lla b a en estado de opresión. Su s p a lab ra s no sólo in v itab an a confiar en D ios, sino a adop ta r comprom isos muy concreto s en la h isto ria . A veces se erigen en caud illo s o gu ías del pueblo, lu chando con tra un orden de in ju s ta e sclav itud . Se e n fre n ­ tan valien tem en te a la au to ridad civ il, aunque por ello sean in ju s t a ­ mente agredidos y perseguidos. T a n sólo con el paso del tiempo, cuando ya p reveían al pueblo concien tizado y dispuesto a co labo rar en su propia libe ración , a lim en tab an y robu ste cían la fe “explicando y p ro fund izando los acon tecim ien to s salv ífico s”. S ea la h o ra del concien tizado r o la del evangelizador, en ambos casos y p a ra Am é rica L a t in a el sacerdote y la Ig le sia en general h a n de ser elemen tos de promoción h um a n a y sa lv a ción e terna. S i en el desempeño de e sta labor co rren el peligro de se r ta chado s de m e te r­ se en p o lítica o favo recer la subversión , podrán llegar a l m a rtirio , pe­ ro n u n ca a un alto el fuego. S e ría tan to como tra ic io n a r a l pueblo y a l evangelio que tra ta n de exp licarle . D e cía Mons. Muñoz Duque que“ cumpliendo con el m andato r e c i­ bido del m in iste rio episcopal, los sacerdotes, m an ten iéndo se en el e je rc icio de la ca rid ad evangé lica que ab ra za todo el hombre, tienen el deber de p red ica r con lib e rtad la fe en señ a r la do ctrin a so cia l c ris tia n a y fo rm a r la con c ien c ia de los fieles, aún en prob lem as mo­ ra le s que tien en conexión con el orden político, cuando lo exigen los derechos fund am en ta le s de la persona o la sa lva ción de la s a l­ m a s” 2?. L a s im p lica cion e s con cre ta s que h a tenido esta con cien tiza ción y d enun cia s son m ucha s. Lo s roces con la au to ridad c iv il y relig io sa por parte de m ucho s sacerdotes, la ico s y relig iosos no h a cesado. Y p a ra que el lecto r comprenda m ejo r cuanto le ven imo s d iciendo, esta segunda pa rte de la no ta con tend rá u n a sín te sis de la s opciones so­ cio -po lítica s de la Ig le sia la tin o am e ric a n a después de M edellín . I I . In g er en c ia s so c io -p o lític a s de la Ig lesia la tin oam ericana . A un cuando en ca si todas la s naciones de H isp ano am é rica h a hab ido fre cu en te s encuen tro s en tre la Ig le sia y la au to ridad civ il, en 27. A. Muñoz Duque. Declaración pública, en Boletín del Arzobispado de Bogotá (enero 1970) 23.

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