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MIGUEL NICOLAU 3 5 7 la Parádosis apostólica de Hipólito Romano propone el oficio de los obispos, cuando llega la oración consecratoria, como un «pyispa- xeÓEiv, como un ejercicio de sumo sacerdocio 5. San Cipriano acentúa el carácter representativo de Cristo que es propio de! sacerdote del N.T. Es antistes Christi, representante de Cristo 6. Son ellos sacerdotes de Cristo: “ Pues si somos sacer­ dotes de Dios y de Cristo — dice— no veo a quien vamos a seguir sino a Dios y a C ris to ..."7. La majestad de Dios es — según el mis­ mo Cipriano— quien ordena a los “ sacerdotes de Cristo” 8. Según la estadística de R. Morgenthaler 9 el término iiovj- aparece 31 veces en el N.T.; en cambio, ápyj.speú; 122 veces. Y es claro que este término se aplica muy principalmente a Cristo. Las razones de esta sobriedad o, mejor, ausencia del término hiereús para designar a los ministros de Jesús, son varias y las he­ mos expuesto en otro lugar10. [En resumen, diremos que la idea del sacerdocio cristiano era muy distinta de la idea del sacerdocio le- vítico y del sacerdocio pagano. Para evitar confusiones no conve­ nía designarlos con la misma palabra, hasta que la naturaleza y las funciones del sacerdocio cristiano hubiesen quedado bien marca­ das y diferenciadas. El sacerdote cristiano tenía que ser el representante de un cul­ to "en espíritu y en verdad” (Jn 4,23), muy distinto del practicado por la carta sacerdotal de los saduceos, los “ racionalistas” de la época que negaban la resurrección futura y la existencia de los án­ geles (Mt 22, 23; Act 23, 8 )]. El sacerdote cristiano, aunque sustituye al sacerdote levítico, pe­ ro no le sucede, porque no hay continuación del mismo sacerdocio anterior. Hay ruptura y hiato entre uno y otro. Si el sacerdote pagano y el sacerdote judío ejercían una fun­ ción de mediación en nombre propio, y por oficio propio que les correspondía, el sacerdote cristiano no podía ejercitar esta media­ 5. Traditio apostolica, ed. B. Botte ( “Sources Chrétiennes” n. 11 bis, Paris 19682) 44. 6 . Epist. 6 6 ,5 ,1 ; ed. BAC 627. 7. Epist. 63,18,3; ed. BAC 613. 8 . Epist. 66 , 9, 1 ; ed. BAC 630. 9. Statistik des n eutestavien tlichen Wortschatzes (Z u ric h - F ra n k ­ fu r t a. M . 1958) 79.106. 10. M . N icolau, Ministros de Cristo. Sacerdocio y sacramento del Or­ den (coll. “H is to ria salutis”, M a d rid , BAC, 1971) n- 113-116.

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