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326 SIGNIFICADO DE LOS NOMBRES DE DIOS EN EL CORPUS DIONYSIACUM 3. Ya desde sus comienzos los resultados de nuestra investi­ gación mostraron claramente que la semántica de los nombres de Dios en el CD variaba según tres tipos de tratados. Por un lado, CH y EH marcaban direcciones significativas enlazadas con la con­ cepción jerárquica dionisiaca del universo. Por otro, DN se presen­ taba como una suerte de "teología natural”, a pesar de las protes­ tas que en él se hacía de depender de la Revelación. Y, por último, MT se encuadraba en la vivencia mística, objeto de la teología es­ piritual. Siguiendo esta triple dirección semántica, las conclusiones a que nos condujo la presente investigación fueron, muy sucinta­ mente, las siguientes. Bso;, en los tratados CH y EH, tenia como contenido signifi­ cativo la realidad divina en cuanto causa de la luz, de la conversión y de la purificación. Asi como el de motor dialéctico que llevaba a los seres hacia su deificación. En el DN, era el nombre bási­ co de toda la &c(ovo¡na Y los diversos atributos que se le podían aplicar estaban sometidos al método catafático y apofático, princi­ palmente. Bío; no era utilizado en MT. En el capitulo dedicado al nombre fteó-n;?, se puso de relieve la alusión a su origen etimológico y su asociación a los términos con que se designaba la providencia y la bondad divina. Y, en con­ secuencia, a la grave problemática de la creación que se insertaba dentro de una concepción de corte ejemplarista, netamente cristia­ na, aunque con resonancias platónicas. Sus usos más importantes, muy de acuerdo con su carácter abstracto, ocurren en el tratado DN. En el vocabulario dionisiaco, el nombre de Qsaoyla para de­ signar a Dios quizás fue el que se nos presentó como más típico y propio del Pseudo-Dionisio por lo que respecta a su concepción del universo. Con los contenidos significativos de este nombre se nos daban las dos dimensiones de la realidad divina: la de su interiori­ dad y la de su manifestación ad extra. En efecto, 0 =apyía era ftová- xa! ¿va? xaí -p'.d; Pero también de donde procedían los xpooío?, en cuanto manifestaciones ad extra de la Divinidad. Por último, los nombres ¡xovác, ¿vác, évo'nrjc, xptá; fueron estu­ diados per modum unius. Y, con ellos, se tuvo ocasión de ex­ poner la doctrina trinitaria del CD en sus puntos más fundamenta­ les. Doctrina de la que se han dado opiniones diametralmente

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