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3 40 SIGNIFICADO DE LOS NOMBRES DE DIOS EN EL CORPUS DIONYSIACUM añadir, la visión del Dios cristiano según la óptica del discurso pau­ lino: la del Dios Desconocido. Esto se aprecia de modo muy parti­ cular en la concepción del universo. La distribución ontològica de los seres, en el cosmos dionisiaco, tiene en su cima a la Tearquía, en la que se dan las ideas ejemplares y las virtudes en razón de las cuales aquéllas pueden pasar a la existencia. Pero ¿cómo se configura la Tearquía en sí misma? ¿Cuál es su intimidad recóndi­ ta? Como ya se ha indicado anteriormente, esto sólo se nos mani­ fiesta por la revelación. En CH, EH y DN se afirma con toda claridad y precisión que la Tearquía es ¡aov«:, évá; y -wí~ El primer orden de la tríada jerárquica angélica enseña que la Tearquía es Unicidad en unidad tripersonal. Y la Providencia uni­ versal es una de sus prerrogativas. Como la función de la jerarquía cosmológica dionisiaca es la deificación, tenemos que ésta ha de realizarse en una plasmación cada vez más adecuada y exacta de la Tearquía en los seres creados. Es decir, del misterio trinitario que ha de ir haciéndose vida en nosotros, para nuestra deificación. Estas ¡deas de CH y EH se repiten en DN. Aquí, todavía con mayor distinción terminológica. En efecto, aquí, la Tearquía es afirmada como Mónada, Unidad y Trinidad. Como Mónada por su simplici­ dad, como Unidad por su impartibilidad o indivisión y como Trini­ dad por sus Hipóstasis. Todos estos contextos en que aparecen conjuntamente los mo- nemas novas, ává; y -jp'.ác se ubican en ámbitos más amplios de tipo apofático. La Tearquía se sitúa por encima de todo conoci­ miento y expresión lingüística. Y esto, dentro del misterio trinitario, se rige según lo anteriormente indicado de la ley de no-oposición. Por ello, puede afirmarse que el Pseudo-Dionisio, en su MT, invoca a la Trinidad ya desde el comienzo, no como resultado de oponer el Uno a lo Otro, sino como “Trinidad supersustancial y más que divina que ha de dirigir, más allá del mismo conocimiento, al que quiera unirse con la Divinidad que está más allá de toda afirma­ ción y de toda negación” . Divinidad que sólo la revelación cristia­ na nos ha descubierto muy parcialmente, a! decirnos que es Una y Trina y dejándonos el misterio de su esencia oculto a nuestra men­ te. Dios-Trinidad teárquica que transciende de verdad, al Uno neo- platóninco y a todo otro Dios pagano.

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