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228 SAN BUENAVENTURA DESDE DENTRO Hoy la pa lab ra p ro p ó s ito se halla , en descréd ito . Se la quiere re lega r a esas zonas de la ascé tica que se juzgan superadas. Y sin emba rgo . N ietzche, enem igo dec la rado de toda clase de ascesis, ha definido al hombre como an im al, capaz de prometer. Aho ra bien; si la p romesa es el momento solemne en que un propósito se hace ex trao rd ina riam en te serio, qu ie re ello dec ir que el propósito es a l­ go vital al hombre y a su vocación . En efecto; por lo que term inam os de decir, la vocación , tanto por parte de Dios, como por parte de hombre, señala una meta que hay que lograr. A esta meta hay que ace rca rse con el esfuerzo d iario del acto libre. Pero la psico log ía nos habla insisten temen te de una ingente can tidad de obstáculos que se oponen a la misma. Tam b ién nos habla de las continuas deb ilidades de ésta ante dichos obstáculos. Pues bien; el propósito es una espec ie de m irada a la esfinge del obstáculo y un intento de vencerlo an tes de habe r na­ cido. Es mucha la pretensión del propósito. Pero esta pretensión tensa al esp íritu y hace que la volun tad se a fiance en la ruta em ­ p rend ida, por emp inada y escab rosa que sea. San Buenaven tu ra define el propósito como una concepción firme de la voluntad por la que el hombre se dispone a hace r algo 13. Es eviden te, según esto, que el propósito se halla en la línea de la realización p rác tica de la vocación . Es el renovado esfuerzo que re itera el esp íritu para no d ec lina r en el cam ino de su fidelidad “ Este p reámbu lo nos ha pa rec ido necesario para m e jo r encua ­ d ra r las vivencias íntimas de san Buenaven tu ra. Querem os ahora pe rc ib ir cómo siente su vocación . Y cómo se esfuerza po r ser fiel a ella por medio de ios propósitos con los que apun ta la y renueva su intención d e c id id a 15. A. La v o ca c ió n . In iciamos nuestro ace rcam ien to ai queh ace r diario de! doctor seráfico con el tem a de su vocación que, como dijimos, es llamada por parte de Dios y respuesta por parte del hombre. La vocación es hilo de agua que brota del hon tanar profundo de la p rop ia conc ien ­ cia para fe rtiliza r d ía a d ía el campo de la faena d ia r ia 16. El campo a! que se sintió llamado san Buenaven tu ra fue el del 13. I n I S e n i ., d .4 0 , a .3 , q .2 a d 2 ; O p . o ., I , p . 7 1 6 b .

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