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ENRIQUE RIVERA DE VENTOSA 227 cita re ite radam en te esta sen tencia, nos da una especie de com en ­ tario a la m isma en estas líneas que resumen el tema: “C ada hom ­ bre, en tre varios seres posibles, encuen tra siem p re uno que es su au ­ téntico ser. Y la voz que le llam a a ese au tén tico ser es lo que lla­ mamos " v o c a c ió n ” . Pero la mayor parte de los hombres se ded i­ can a a c a lla r y desoir esa voz de la vocación . P rocuran hacerse rui­ do dentro de sí, enso rdecerse, d istraerse para no o iría y estafarse a sí m ismos sustituyendo su au tén tico ser por una falsa trayecto ria vital. En camb io , sólo se vive a sí m ismo, sólo vive, de verdad, el que vive su vocación , el que co inc ide con su ve rdade ro “s i m is ­ m o " ,2. No creemos que esta visión filosófica del p rob lem a con trad iga a la teo lóg ica . Más bien la comp leta. Si de a lgu ien puede exigirse: “S é el q u e e r e s ” , es sobre todo del cristiano . Y cuando este cris­ tiano ha potenciado su vida con el ideal religioso, en tonces la sen­ tencia p indà rica se hace más urgente. Tam b ién va le aqu í aquello de "n o b le z a o b lig a ” . Y aunque en nuestros tiempos se hallen en menguan te muchas clases de nob leza, la del espíritu es eterna. Y esla nob leza es la más ex igen te de todas. ¿No se ha d icho que la vocación es la gran inventora de deberes, sublimes, pero du ram en ­ te exigen tes, cuando éstos lega lm en te no se pueden imponer? Con estas p rim eras reflexiones nos vamos ace rcando a lo ín­ timo de la vida del gran doctor- Antes, sin embargo , de ver cómo el santo respondió a su pecu lia r llam ada, creemos oportuno com p le ­ ta r estas reflexiones, exam inando la p rim era de las exigenc ias de toda vocación: el p ro g ram a d e vida. Presen ta éste dos caras. En la p rim e ra muestra un aspecto ne­ gativo de co rte y poda. Para pode r rea liza r p lenam en te la p ropia vida, es p reciso co rta r ¡as ramas caducas y en ferm as y aún aque ­ llas otras, frondosas y p rom etedo ras, que pod rían dar fruto en otras circunstancias, pero que hacen im posib le la madu rez de la p ro ­ pia vocación . Por la otra cara, la positiva y constructiva, el p rog ra ­ ma de vida d ispone una tem á tica con o rden y flex ib ilidad , capaz de o rien ta r la ac tiv idad humana en los múltiples quehace res del vivir co tid iano . El p rog ram a de v ida ha lla su fó rm ula de e ficac ia en los propósitos. 12. E n t o r n o a G a l i l e o , l e c c i ó n X I , e n O b r a s c o m p ì ., t.V , p . 138

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