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ENRIQUE RIVERA DE VENTOSA 265 zar tiene la clave de las contemplaciones en el Verbo Increado, En­ carnado e Inspirado. San Buenaventura se detiene en esta ocasión en el Verbo Inspirado, por quien son reveladas todas las cosas se­ gún estas seis visiones: de la razón, la fe, la Escritura, la contem­ plación, la profecía y el rapto. Culminan estas seis visiones en la séptima del alma glorificada. Pero esta visión ya no es de este mun­ do. En la imposibilidad de poder analizar las seis visiones, basta para nuestro propósito el que nos detengamos en la primera: la visión de la inteligencia dada por la naturaleza. Muestra esta visión la reacción equilibrada de la mente de san Buenaventura frente al naturalismo desbordado del averroísmo latino, al mismo tiempo que nos hace ver cómo defiende de este naturalismo a la sabiduría cris­ tiana. Dos puntos queremos, sobre todo, subrayar en el análisis de esta primera visión: la valoración de la razón, como luz iluminado­ ra y la insuficiencia radical de la filosofía respecto de la "sapien- tia christiana”. De la confusión de ambos problemas provienen las falsas interpretaciones de que ha sido objeto el santo doctor. Se ha visto en él a un enemigo declarado de la filosofía. Ciertas frases duras contra la misma, motivadas por la polémica, se han inter­ pretado con un sentido de absolutez que está totalmente en contra del propósito fundamental del doctor. Si él ve en la razón la prime­ ra luz para entrar por la senda de la sabiduría, la filosofía, fruto de esta primera luz, no puede ser desestimada. Respecto de Aristóteles, representante entonces de! saber filo­ sófico, su actitud es límpida y serena. Ningún ataque destemplado. Tampoco defensa a ultranza. Con un gran sentido científico, el que se debe seguir en semejantes casos, aconseja: “Sequamur autem nos eum (Aristotelem) in quibus bene dixit, non in eis in quibus fuit tenebrosos, quae nescivit i /el quae celavit” Que sigue estimando al gran filósofo griego lo prueba hasta la saciedad la ingente cantidad de conceptos y fórmulas que toma del mismo en estas Collationes. De ello deducimos que no se ventila en la mente del santo una opción entre filosofía y teología, entre 9 4 . E s te te x to lo to m a m o s de la s Collat. in Hex. ( e d ic ió n F . D e l o r - m u e ), visio 1, collatio III, p. 9 2 . E s s a b id o que e s ta e d ic ió n re c o g e o tra t r a s c r ip c ió n d e la s Collationes, m á s c o n c is a q u e la ed. d e Q u a ra c c h i, p e ­ r o en o c a s io n e s m á s e x p re s iv a y d ire c ta , c om o e n e s ta o c a s ió n .

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