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ENRIQUE RIVERA DE VENTOSA 263 dones paganas y los doce restantes presentan el magnífico pano­ rama de la realización histórica de la Ciudad de Dios. San Buena­ ventura no separa tan netamentte como San Agustín la parte nega­ tiva de la constructiva. Pero se advierte al instante que, si tiene ante sí un conjunto de errores a los que trata de refutar, no se li­ mita a esta refutación, sino que aprovecha el momento para darnos una visión íntegra sobre las siete luces que iluminan la inteligen­ cia humana en el camino de la “sapientia christiana”. Con qué hondura penetró el santo doctor en los errores de aquella situación histórica, lo hace ver este pasaje que acotamos. De rechazo nos hace penetrar en la contextura de su pensamiento y en el espíritu que lo anima. Dice así: “Algunos negaron que exis­ ten en ella (en la primera Causa) los ejemplares de las cosas; de los cuales el principal parece haber sido Aristóteles, el cual al prin­ cipio y al fin de la Metafísica y en muchos otros lugares execra las ideas de Platón. De donde dice que Dios no conoce otra cosa que a sí mismo y no tiene necesidad del conocimiento de ninguna otra cosa y que mueve en cuanto deseado y amado” 91. En fórmulas taquigráficas se enuncia aquí el primer error de­ nunciado por el santo. Es de alta metafísica. Pero es siempre en esta alta metafísica, se quiera o no, donde se ventilan los decisivos problemas humanos. El error combatido niega las ideas ejempla­ res con la secuencia inmediata de que Dios no puede tener cono­ cimiento alguno de lo particular y singular. El santo doctor deduce de esta primera postura errónea otras consecuencias, a cual más nefastas: la negación de la presciencia y providencia divinas; el afirmar que sólo hay verdad en los futuros necesarios, pero no en los futuros contigentes. De lo cual se sigue que Dios no puede conocer el futuro y que todo sucede o por azar o por necesidad fatal. El mundo, por lo mismo, se halla sometido a una ley interna que elimina la acción libre y, por consiguiente, la pena y gloria, el castigo y premio. Resume e! santo doctor este elenco de errores en estos tres: desconocimiento de ideas ejemplares, negación de la Providencia y aceptación del determinismo cósmico, regido por el azar o el destino. A estos tres errores sigue, según san Buenaventura, una triple 91. C o l l a t . i n H e x . , 2 ; t.V , p . 260b.

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