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2 ¿ 3 SAN BUENAVENTURA DESDE DENTRO De donde en el plano práctico concluye: “ Propongo las siguien­ tes especulaciones a los prevenidos de la divina gracia, a los hu­ mildes y piadosos... a los amadores de la divina sabiduría e infla­ mados en su deseo” 65. En este texto manifiesta el santo doctor que no basta el deseo. Otros estados mentales deben también acompa­ ñar al alma itinerante. Pero, indudablemente, la actitud fundamen­ tal que impele al alma al ascenso por este camino del espíritu es el deseo™. Tal importancia da san Buenaventura al deseo que en el mo­ mento cumbre, al entrar el alma en el descanso místico, parece dar de mano a la obra de la inteligencia para ponerlo todo bajo el in­ flujo del afecto en esta disyunción: "desiderium, non intellectum w. Alguien pudiera ver esta expresión cargada de elementos irraciona­ listas. No podemos detenernos ahora a justificar al santo. Baste de­ cir por el momento que en su visión de la vida psicológica acentúa respectivamente lo intelectivo o lo afectivo según las exigencias respectivas de su antropología, unitaria y compleja al mismo tiem­ po. Nunca inteligencia y afecto se hallan escindidos. Siempre son complementarios. Por lo que toca a nuestro propósito actual, la frase hace ver la importancia que el santo doctor da al deseo que, si incita al al­ ma a entrar por esta oculta senda, a! final del viaje da también el último empujoncito para traspasar el umbral de la casa de Dios. 5. Las etapas del viaje han sido tema preferido por ios co­ mentaristas del santo. Pelayo de Zamayón dedica tres lecciones de su obra Hacia Dios a la descripción detallada de las mismas. La introducción al Itinerario en Obras de san Buenaventura, ed. BAC., resume en cuadro esquemático las seis etapas del recorrido. Res­ ponden estas seis etapas a tres situaciones íntimas de nuestra men­ te, que puede mirar hacia fuera, recogerse hacia dentro o elevar­ se hacia el primer principio • En cada una de estas situaciones puede el alma tomar una doble dirección. De donde surge la po­ sibilidad de abrirse a seis posibles senderos o “illuminationes sca- 65. Itiner., p ro lo g ., 4; t.V „ p. 296b. 66. E l te ó lo g o p ro te s ta n te A . N y g r e n , Evos und Agape, G ü te rs lo h , 1954 h a im p u g n a d o e sta a c t it u d d e l “ deseo de Dios” . L o ju z g a u n a in ­ t r u s ió n d e l “ eros” p a g a n o d e n tro d e la m ís t ic a c r is tia n a . E s t a o b je c ió n q u e d a e lim in a d a s i se p ie n s a q u e e l “ deseo d e D io s ” y a es u n a g ra c ia , u n a c o n d e s c e n d e n c ia de D io s a l a lm a . 67. Itiner., c. V I I , 6; t.V , p. 313.

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