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242 SAN BUENAVENTURA DESDE DENTRO adm irado pasaje de san Agustín. No se niegan tales influjos. Pero si ciertas exp resiones rememoran la filoso fía men tada, el espíritu que an im a este incom p a rab le cuadro es p lenam en te cristiano- Se ­ ñala el itinerario que toda alm a sincera ha de hace r en su cam ina r hac ia Dios: de lo sensib le a lo espiritual; de lo esp iritual a lo e te r­ no Cuan to venimos d iciendo pone en claro que san Buenaven tu ­ ra, en su Itinerario mentis, no ab re senda en selva virgen . O tros le habían a llan ado los terrenos. Pero es nuestro santo el que ha he­ cho de esa p a lab ra un género literario en filoso fía que se viene com en tando hasta en el pensam ien to de hoy. Es im p resionan te desde la historia de las ¡deas ano ta r cómo los com en tado res de Hegel in terp retan su Fenomenología del Espíritu como un itinera­ rio del alm a que se eleva hasta el Espíritu Absoluto por m ed iación de la conciencia B londel propone su g rand iosa obra filosófica como un Itinerarium, vincu lándose exp resam en te a san Buenaven ­ t u r a 15. Hoy d ía, M.-F. S c iacca describe la in te rio ridad ob jetiva como un itine ra rio de la men te *. Y term ina de morir G. M a rce l, quien hizo de su vida un Itinerarium y a quien la c rítica le llam a filósofo itinerante Todo esto p rueba que san Buenaven tu ra tomó conc ienc ia de un p rob lem a humano eterno , de uno de esos p rob lem as que re­ tornan siempre, aunque mom en táneam en te se desestimen y o lvi­ den. Y más adm irab le es que nuestro doctor, en un momento de plenitud, haya entrevisto an te sí un ho rizon te mental y que se ha­ ya dispuesto a ab rir una fácil au topista para el esp íritu humano. Aden trém onos por ella. Porque si es un cam ino pa ra ir a D ios, lo es igualm en te para ace rca rno s a aque lla alm a g igan te. Adverti­ mos que el m ejo r veh ícu lo para h ace r este v ia je es tom a r en nues­ 43. Enarrat. in psalmos, 145,5. H a e stu d iado a san A g u stín desde es­ te p u n to de v is ta M .F . S c i a c c a , S. Agostino, 2 vol., B rescia, 1949 y 1954; M . B l o n d e l , La pensée, P aris , 1948, t. I, p. 1 2 8 s s d e s a rro lla este tem a a g u s tin ia n o que re to m a rá san B u e n a v e n tu ra . 44. J. H y p p o l i t f . Genèse et structure de la Phénoménologie de l’Es­ prit de Hegel, P aris , 1946. t .I, p. 16: “La Phénoménologie est donc l’itiné­ raire de l’âme qui s" élève à l’esprit par l’intermédiaire de la conscience”. 45. E n La pensée , t .I, p. 159-185 d e s a rro lla su itinerario h a c ia E io s con rasgos n e tam e n te b o n a v e n tu ria n o s . C f. J. R o i g G i r o n e l l a , La filoso­ fia dela acción, M a d rid , 1943, p. 30; F r . L e f e v r e , Itinéraire philosiphi- que de M. Blondel, P a ris , 1928. p. 247. 46. R esum e su p e n s am ie n to en Lainterioridad objetiva, M u rc ia , 1955. 47. C fr. G . M a r c e l , Homo viator. Prolégomènes à une métaphysique de V espérance, P aris , 1944.

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