PS_NyG_1974v021n001p0221_0267

ENRIQUE RIVERA DE VENTOSA 2 39 Al te rm in a r de lee r estas pa lab ras con la evocación de las p receden tes , ya podemos dec ir que sabemos algo de los íntimos latidos esp iritua les de aquel gran corazón II. San Buenaventura en sus momentos de plenitud Severino Boecio dio una ce leb rad a definición de etern idad que nos va a in troduc ir in medias res en esta ve rtien te de la in ti­ m idad de san Buenaventura. Los existencialistas hablan de situa­ ciones-limites, según ya dijimos, cuando el hombre es ilum inado por un rayo de c la ridad por el que se ve fo rzado a reconoce r su nihilidad. La definición a lud ida de Boecio da pie para una reflexión más espe ran zado ra . En efecto, según Boecio, ete rn idad es “la perfecta posesión de una vida interminable que se vive conjuntamente” . san Buenaven tu ra em pa lm a con esta definición cuando afirm a que el presente eterno es una confluencia de vida con estas tres notas: invariabilidad, perfección y unidad Esta definición de ete rn idad sólo com pete a Dios. La e te rn i­ dad es una pe rfección exclusivam en te suya. Pero el hombre parti­ cipa de esta perfección como de otras perfecc iones divinas. La máxim a pa rtic ipac ión de la m isma tiene lugar en el eterno acto beatifico, el cual no sólo im p lica pe rm anenc ia en el ser, sino tam ­ bién pe rfección y plenitud de actividad . En este mundo de velos y de en igm as esta pa rtic ipac ión es siem p re más desvaída. Pero hay momentos en los que la existencia humana se concen tra en un punto de máxima ene rg ía en el que p a rece que se vive todo el pa­ sado y se p royecta el futuro como asequ ib le en sus inmensas po­ s ib ilidades. Momen tos que pueden ser rápidos en el tiempo, pero que reflejan etern idad . En tales momentos siem p re tiene lugar una ilum inación ex­ cepc iona l. Pero no tan to para aboca r a! hombre con su nada, cuan ­ to para mostrarle sus múltiples abe rtu ras y g randes posibilidades- Es el instan te de esos “S í” , que debemos esc rib ir con mayúscula y dob le acen to , porque esa pa rtícu la no es la ru tinaria de todos 4 0. I n I S e n t ., d .6 , d u b .8 ; t .I , p . 122 a .

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz