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ENRIQUE RIVERA DE VENTOSA 233 gen íes de poco a lcan ce y poca instrucción. Con tra esta dificu ltad se dirigen las pa lab ras citadas. Y pa ra con firm ar su decisivo con­ sejo san Buenaven tu ra busca apoyo en su p ropia expe rienc ia , ab riendo de par en par la puerta de sus in tim idades. Perm ítasenos en esta ocasión la cita en latín. C ie rtos momentos de las a lm as só­ lo son p e rcep tib les en las pa lab ras en que éstos se han hecho pa ­ tentes. He aqu í las pa lab ras del santo: "Fateor coram Deo, quod est, quod me fecit vitam beati Francisci máxime diligere, quia simi- lis est initio et perfectioni Ecclesiae, quae primo incipit a piscato- ribus simplicibus et postmodum profecit ad doctores clarissimos et peritissimos; sic videbis in reiigione beati Francisci, ut ostendat Deus, quod non fuit per hominum prudentiam inventa, sed per Chris- tum” Qué m agn ífico go lpe pa ra esp íritus a le ta rgados la so lemne in­ troducción de este desvelam ien to de conciencia. Con una espec ie de ju ram en to velado , san Buenaven tu ra testifica po r qué le atra jo el franciscan ismo . El desarro llo sereno, tranqu ilo y eficaz de la Ig lesia le pa rec ió p a rad igm a del desarro llo sereno, tranqu ilo y efi­ caz de la sem illa, semb rada por Francisco . Por eso, el alm a de Buenaven tu ra quiso ser fecundada por el germen esp iritual, es­ parc ido por Francisco en una de las g randes semen teras de la Iglesia. Qu izá hoy más que nunca se debe ponde ra r esta lección de los dos motivos de la vocación franc iscana de san Buenaventura. Vivimos en tiempos duros en los que no cuenta el beneficio rec ib i­ do, sino sólo el resultado que todav ía se puede obtener. No es, por otra parte, va lo rado el desarro llo tranqu ilo y e ficaz de la sem illa, sino la lucha d ia léc tica , el fo rce jeo de fuerzas hasta que el más fuerte impone su voluntad. La lección que nos ha dado san Buena­ ven tu ra tiene mucho que d ec ir sobre estos p roblem as a los fran ­ c iscanos de hoy. B. Programa de vida En este segundo intento de aden trarnos por la oculta senda del p rog ram a de vida de san Buenaven tu ra tenemos una gu ía de 27. L . c i t ., p . 3 3 6 b .

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