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2 32 SAN BUENAVENTURA DESDE DENTRO ticular; que este motivo se en ra íza en uno de los tem as fundam en ­ tales de su visión teo lóg ica , el tem a de la Iglesia. El tem a de la Ig lesia san Buenaven tu ra lo contemp la en la s im bo log ía b íb lica de la sem illa que c rece y se desarro lla. En la máxima síntesis de su pensam ien to , Collationes in Hexaemeron, nos p resenta una visión g randiosa de teología de la historia 25 En esta visión el santo no tem e acud ir a un para le lism o con el des­ a rro llo del germen en la na tu raleza para pe rc ib ir la evolución p ro ­ gresiva del plan de Dios que cu lm ina en Cristo. No duda en ap lica r a los períodos b íb licos del Antiguo Tes tam en to las edades de la vi­ da: infancia, puericia, adolescencia, madurez, senectud y anciani­ dad*. S igue este desarro llo o rgánico , y con más fue rza , en el Nue ­ vo Testam en to , que incluye el m agn ífico desp liegue de la vida de la Iglesia en su historia. El santo propone un para le lism o algo fo rza ­ do en tre ambos Testamen tos. Pero deba jo del paralelism o debe ­ mos ve r s iem p re el simbo lismo del germen que bro ta y se desa rro ­ lla hasta la madu rez del fruto. Hemos hecho re fe rencia a esta teo log ía del santo porque ca ­ tegó ricam en te nos asegu ra que el máximo motivo que le movió a ing resar en la orden franc iscana fue con tem p la rla en un desarro llo pa rec ido al de la Iglesia. Su exp líc ito testimon io se halla en una ca r­ ta a un maestro innominado. La pa lab ra maestro se ha de en tende r aqu í en e! sentido fuerte que tiene en aque lla época. Se trata, por lo mismo, de un doctor a quien se le ha reconocido el de recho de sen ta r cáted ra . Pues bien, este doctor propuso al santo tres escrú ­ pulos o d ificu ltades que le im ped ían dec id irse al ingreso en la o r­ den. El santo responde a las d ificu ltades propuestas. Y al final abo r­ da lo más recio del caso y que fue silenc iado por el maestro en su elenco de cuestiones. Encarándose con él, san Buenaven tu ra le habla en el lengua je en que se dan los decisivos consejos de la vida. “No te arred re , le dice, el que los fra iles fueron en un p rinc i­ pio simples e iletrados- Más bien, esto te debe da r más confianza en la o rd en ” . No es nada tem e ra rio suponer que a un maestro, conscien te de que lo era, le pod ría disgustar la convivencia con 25.b Su visión de la h is to ria desde la te o lo g ía la expone san B u e ­ n a v e n tu ra en Collationes in Hexaem., X T V - X V I. E l m e ic r estudio s*'- bre el tem a , J. R a t z i n g e r , Die Geschichtstheologie des hi. Bonaventura. M ü n c h e n . 1959. 26. Epistola de tribus quaestionibus ad magistrum innoniinatum. n .13 ; t . V I I I , p. 336a.

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