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LAZARO I RIARTE DE ASPURZ 213 g e lica 126, d eb ía ser reconocido por todos de la m isma m anera co­ mo Pad re y modelo. Puesto que es un tem a ya estud iado su ficien tem en te en tre los c ríticos, me lim ito a algunos aspectos más ca racterísticos. Legislador y espejo de perfección Buenaven tu ra, situando siem p re a Francisco en el plano de la h istoria de la salvación, lo presen ta como un nuevo Moisés, que re­ c ibe de Dios la R egla “en el monte de la con tem p lac ión ” , como el p rim e r Mo isés recibió la Ley en el monte S inaí; él mismo ten ía la seguridad de que la Regla no era cosa p ropia, sino que le hab ía sido revelada de lo alto 127. Y D ios puso el sello a esa Regla, como para dem ostrar que no era humana. Buenaven tu ra estaba de acue rdo con el grupo de los celan tes en que F rancisco d eb ía seguir siendo la Regla viva. Lo presen ta constan tem en te como modelo y e jem p la r de todos los hermanos. El santo “ten ía la conc ienc ia de habe r sido dado como ejem p lo a los d em ás” 128. Los hechos aducidos en este sentido están tomados de Celano- Pero lo propio de san Buenaven tu ra es la atención a p resen ta r a F rancisco como dechado de superior, guía y pastor so­ lícito de los hermanos, presen te siem p re en esp íritu a cada grupo, a los cap ítu los provinciales, aun a la conc ienc ia de cada u n o 129. Interpretación del ideal de pobreza A cep ta r la evolución de la O rden no equ iva lía , para Buena­ ven tu ra, a cons ide ra r falto de ac tu a lidad el ideal evangélico de Francisco . Se ha llaba p lenam en te iden tificado con él, sobre todo en lo que hace a la pob reza . C ada pág ina de la Legenda lo atesti­ gua, como también los demás opúsculos sobre la O rden . F rancis­ co es el Patriarcha pauperum I3°; “no se h a lla rá ningún otro que ha­ ya hecho profesión de pob reza como é l” m. Todos los elem entos fundam en ta les del ideal de pob reza enseñado y p rac ticado por 126. L M . P ro l. l. 127. C f. L M . IV , 11; Sermo super Regulam, 2; Opera omnia, V I I I , 438. E ste serm ón, con todo, se du d a que sea de san B u e n a v e n tu ra . 128. L M . I I I , 7. 129. C f. L M , I I I . 7; IV , 4, 5 , 10; V I I I . 3; I X , 4 , 6. 130. Apologia pauperum I I I , 10; Opera omnia V I I I , 246. 131. Sermo IV de s. Francisco; Opera omnia, I X , 587.

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