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LAZARO IRIARTE DE ASPURZ 185 en 1242, el s tu d ium g e n e ra le de los M eno res vivía en p lena eufo ria desde que, en 1236, hab ía vestido el hábito y h ab ía tras ladado a llá su cá ted ra el insigne maestro A le jand ro de Hales. En 1238 se h ab ía añad ido una segunda cá ted ra regen tada por los hijos de san Francisco . En aquel am b ien te fue fo rm ándose in telectual y esp iritua l mente Buenaven tu ra, hasta qued a r inco rpo rado él m ismo pro g resivam en te al cuadro de licenciados y de maestros. Era muy na tural que se habituase a ve r a san F rancisco a través de la reali dad que le o frec ía , en el gran convento de París, la fra te rn idad por éi fundada. La o tra realidad — la de la in tim idad fra te rna , sencilla y reco leta, en los erem ito rios de Ita lia , san tificados por Francisco, refugio todav ía de los compañeros p rim eros del santo— , la expe ri m en taría más ta rde , siendo ya general, y le llena ría de suave nos ta 'g ia . Pero no le haría cam b ia r la ¡dea de la O rden tal como la ha b ía vivido y am ado en París. Y es muy natural, asim ismo, que la existencia excepc iona l del Poverello quedase ilum inada por la vigo rosa síntesis teo lóg ica , muy en ra izad a en san Agustín, a la que iba llegando en sus lecc io nes sobre las Sen tencias de Pedro Lombardo y sobre la sag rada Escritura. Es una síntesis en que, claro está, a su vez ha dejado huella la esp iritua lidad de san Francisco, esa “do c trin a ” de! non litte ra tu s d o c t o r ', a la que él m ismo se siente d e u d o r5. No es éste el lugar de exam ina r las ca rac te rís ticas de la L e g e n d a M a io r, que han sido ya su ficien tem en te e s tu d ia d a s r. Pero conviene d e ja r notado, pa ra m e jo r in te ligenc ia de cuanto se d irá en este estudio, el gusto de san Buenaven tu ra por el e jem p la ris - m o, en que todo cuanto existe y sucede se rea liza según el modelo C risto, sea como V e rbo eterno, sea como Verbo encarnado , y por 4. Sermo V de s. Francisco; Overa omnia, I X , 593. 5. Es lo que h a q u erido d em o s tra r no sin c ie rta e xag eración W . D e t - t l o f f , Die Geistigkeit des hl. Franziskus in der Theologie der Franziska- ner; en Wiss. Weish. 19 (1956) 197-211. Véase, adem ás, L. C i c k i t t o , L’ ani ma serafica del Dottore Seráfico; en Comment. Fr. Min. Convent. 37 (1940) 347-354; Miscell. Franc.. 41 (1941) 20-33. 6. C f. D . C r e s i , Discussioni e documenti di Storia Francescana, e n Studi Franc. 54 (1957) 351-380. S. C l a s e n , S. Bonaventura, S. Francisci Le- gendae Maioris comvilator; en Arch. Franc. Hist. 54 (1961) 241-272; 55 (1962) 3 -5 8 ; 289-319. Y la e dición a lem a n a con in tro d u c c ió n del m ism o S. C l a s e n , Franziskus, Engel des sechsten Siegéls. Sein Leben nach den Scliriften des hl. Bonaventura. W e rl/W e s tf. 1962.
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