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LAZARO IRIARTE DE ASPURZ 207 sermones era ya co rrien te designar el fenómeno m ístico de san Francisco con el térm ino Stigmata. El p rim ero en usarlo h ab ía si­ do fray E lias en la c ircu la r enviada a las provincias de la O rden al d ía sigu ien te de la muerte del santo: “Poco an tes de su muerte, nuestro H e rm ano y Padre ap a rec ió c rucificado , llevando en su cuerpo las cinco llagas, que son en verdad los estigmas de C ris­ to ” 106. El vocab lo está tom ado de Gal 6,17. Y p recisam en te el Após­ tol exh ibe, en ese texto, las c ica trices de los azo tes y de los demás su frim ientos sopo rtados en su cuerpo como la marca — stigmata — del Seño r Jesús, que ac red ita púb licam en te su pe rtenenc ia a El y la au ten tic idad de la doctrina que predica- El "ángel del sexto sello” La insistencia con que Buenaven tu ra llama sello a los estigmas obedece , adem ás, a la idea que él tiene de la misión de Francisco, dentro de su concepción teo lóg ica de la H istoria. Los estigmas son “el sello del Sumo Pon tífice C ris to ” 107. En el sermón prim ero ap lica a F rancisco el texto de Ageo: Te tomaré a ti, Zorobabel, y pondré en ti mi sello, porque te he elegido (Ag 2 ,2 4 ). Esa p redestinación divina, exp lica en el cuerpo del sermón, se vio paten te cuando le fueron impresos los estigmas de la pasión 108. Todo en la vida de san Francisco — concluye Buenaven tu ra— viene a dem ostrar que él era un ve rdade ro enviado de Dios 109. Y en­ viado p rec isam en te para p repa ra r la última ven ida de Cristo. Aqu í el docto r seráfico , inconscien tem en te, se halla resp irando las ideas del abad Joaqu ín de Fiore, que él m ismo tra ta ría de rep rim ir den ­ tro de la O rden , pero que acab a rían por ca len ta r las cabezas de los que luego fo rm a rían el partido de los espirituales: com ienza la era del “Evangelio e te rno ” , de la “ Ig lesia esp iritu a l” , en que ten ­ drá lugar el retorno de E lias en un “carro de fu eg o ” , y la aparición del Angel del Apocalipsis, “que lleva impreso el sello del Dios v i­ vo ” (C ris to ) y al cual será en tregado el Evangelio e te r n o 110. Francisco es como una nueva manifestación de Cristo. Lleva 106. Epistola, n. 5; Analecta Franciscana, X , 526s. 107. LM , X I I I ; 9. 108. Sermo I de s. Francisco ; Opera omnia, I X , 573-575. 109. LM , X I I , 12. 110. Véase el excelen te estudio del P. S t anislao da C a m p a g n o l a . V Angelo del Sesto Sigillo e V Alter Christus. R om a, Ed. L a u re n tia n u m , 1971.

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