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184 LA IMAGEN DE SAN FRANCISCO TAL COMO. que la impulsan. No cabe, por lo mismo, con traste en tre las a sp ira ­ ciones del fundado r y las cond iciones de vida requeridas por la m i­ sión que la O rden ha de llevar a cabo. Cuando Buenaven tu ra vino al mundo — año 1217 con toda pro­ bab ilidad— , la fra te rn idad de los Meno res se ha llaba en su expan ­ sión in icial. Entre los recuerdos del futuro maestro de París debió de queda r vivo el del júb ilo de los frailes de Bagno reg io al fes te ­ ja r la canon ización de Francisco en 1228. Con taba en tonces once años. Y muy poco después debió de ocu rrir su m ilag rosa cu ración , obtenida por las o raciones de la mad re, R itella, quien lo o freció con voto al nuevo santo. El ag radec im ien to a este favor, añad ido al afecto con que se lo rogaron los hermanos en el cap ítu lo general de 1260, le movió a a cep ta r gustosam ente el encargo de escrib ir la vida de san Francisco. Lo recuerda él m ismo en el pró logo de la L e g e n d a M a io r y al final de la L e g e n d a M ino r: “Es un hecho que lo tengo muy presen te en la m em o ria” 2. Lo hab ía ya atestiguado en 1258. p red icando en París, an te un selecto aud ito rio , en la fies­ ta de san Francisco \ Podemos suponer lo que un hecho como ése, en aque lla edad, tuvo que in flu ir en la im agen emocional que Buenaven tu ra se fo r­ mó de aquel a quien le tocaba conoce r en su dimensión de santo, poderoso an te Dios, antes de conocerlo en su dimensión de hom ­ bre. Educado por los hermanos menores como p u e r ob ta tu s — o fre ­ cido a san F rancisco— , debió de in ic ia r el noviciado por el año 1238 a la edad de 21 años. G obe rnaba la O rden , desde 1232, el genial cuanto discutido fray Elias. La fra te rn idad , extend ida por toda Euro­ pa y por el O rien te, era ya fue rza o rgan izada y respetada, apoyada d ec id idam en te por la Sede apostó lica, acep tad a con entusiasmo por el pueblo cristiano , no obstante las tensiones in ternas en tre los partidarios de la evolución y los que la consideraban como una traición a los ideales del fundado r. La evolución cobró nuevo im ­ pulso bajo el m inistro general Aymón de Faversham (1 2 4 0 -12 4 4 ), en especial por lo que hace al cultivo de los estudios y a la p re ­ sencia de los franciscanos en los g randes centros del sabe r teo ló ­ gico. En París, al llega r el joven fray Buenaven tu ra como alumno 2. Legenda Maior (L M ), P ro l. 3: Legenda Minor, V I I , 8. 3. S e r m o I I I d e s. F r a n c i s c o ; O p é r a o m n i a , I X , 583.

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