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DIONISIO CASTILLO CABALLERO 91 m anencia, o exaltac ión exag e rad a de ésta con pe rju icio de su tras­ cenden c ia u. Entre ambas posturas se sitúa la concepción bonaventuriana: en e lla la inm anenc ia divina en las crea tu ras es in te rp re tada como p resenc ia de la absolu ta trascendenc ia de Dios y en ella, con un preciso sentido de equ ilib rio , se arm on izan ambos aspectos de una m isma realidad . Según S. Buenaven tu ra, inm anenc ia y trascendenc ia deben ser consideradas como dos aspectos im p rescind ib les de una noción humana de Dios rectam en te concep tuada y razonada: de una au­ tén tica teo log ía natural. Dios absolu tam en te trascenden te e ín tim a­ mente inm anen te en toda creatura: concep to de la realidad divina que consag ró S. Agustín en su famosa frase: “Tu autem eras inti- m ior intimo meo et superio r summo m eo ” 25 y que el Docto r Se rá ­ fico hace cen tro de su concepción humana de Dios. No obstante, estos hechos en nada debilitan nuestra afirmación an­ terior: S. Buenaventura, liberado ya de las formas académicas que exi­ gían cierto procedimiento de referencias a la tradición, etc., nos presen­ ta una maduración más personal de las doctrinas que han estado nu ­ triendo su pensamiento en el período anterior. En esta orientación, lo interpreta también, en contra de Bougerol, C. B érubé , De la théologie a l’Ecriture chez S. Bonaventure, en Collect. Franc. 40 (1970) 66-70. Para una mejor comprensión del tema del simbolismo, cfr. M.D. C henu , La théologie au douzième siècle, Paris 1957, pp. 159-190; O. G on ­ zalez , Misterio trinitario y existencia humana, pp. 453-552. 24. Desde esta nueva perspectiva puede comprenderse mejor la dura critica que S. Buenaventura hace de la doctrina aristotélica. Pre­ cisamente por esta incomprensión del sentido de la auténtica trascen­ dencia divina, Aristóteles ha alejado a Dios de todo lo mundano, sin percatarse de que, haciendo esto, negaba un requisito fundamental de la trascendencia absoluta de Dios: su exigencia de presencia en las crea- turas. Los distintos conceptos de naturaleza y de trascendencia divina que tienen ambos autores pueden considerarse como la raíz más profun ­ da de sus diferencias doctrinales. 25. S. A ugustinus , Coníessiones, Liber III, c.6, n .l l: csel 33, 53. Hacia esta misma síntesis de inmanencia y trascendencia apuntan los grandes autores escolásticos medievales. Cfr. para este tema J.B. L otz , art. cit.-, E. P r zyw ara , Metaphysik, Religion, Analogie, en Metafísica ed esperienza religiosa (Archivio di Filosofía ), Roma 1956. pp. 153-172; R. B usa , art. cit., G. Muzio, Immanenza e tr'ascendenza di Dio secondo S. Tommaso, G rottaferrata-Roma 1962. Por otra parte, los caracteres paradójicos de “ trascendente” e “ in ­ manente” del ser de Dios, son hoy considerados por la Fenomenología y la F ilosofía de la experiencia religiosa com o elementos constitutivos de ésta (cfr. II problema della esperienza religiosa. Atti .del XV Congresso Filosofico di Gallarate, Brescia 1961). En la concepción bonaventuriana, aparece claramente que, en defi­ nitiva, la trascendencia divina es la que funda y explica la inmanencia. No obstante, como ha quedado ya probado, insiste, de una manera extra-

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