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8 4 TRASCENDENCIA E INMANENCIA DE DIOS EN S. BUENAVENTURA en algunos casos idén ticas, a las que le han servido pa ra afirmar su trascendenc ia . 1. J u s t ific a c ió n en la lin e a d e I Sent., d. 3 7 y tra s c e n d e n c ia divina. S igu iendo la línea exp resada espec ia lm en te en I Sent., d. 37, la inm a n e n c ia d ivina e s a firm ada c om o e x ig e n c ia d e la ab so lu ta tra s c e n d e n c ia d e D io s. Esta verdad ha quedado enunc iada en las razones p resen ta das por S. Buenaven tu ra en dicho texto: “ N ecessitas au tem ex istend i D eum in óm n ibu s sum itu r tum a pa rte p e r fe c tio n is ipsius, tum a p a rte in d ig en tia e re - rum ” 15. Se ind ica aqu í el sistema de coo rdenadas que ha servido pa ra defin ir el sign ificado de la trascendenc ia divina. Pero lo que resulta ve rdade ram en te in teresante, en orden a esc la rece r los ind icios que nos han hecho sospechar en la in ter pretación bonaven tu riana de la inm anenc ia de Dios en el hombre y en las cosas desde su concepción de la trascendenc ia divina, es la consideración de las razones concretas y d irectas desde las que p retende ju s tifica r su afirmación . a. P o r p a rte d e la p le n itu d a b so lu ta d e la p e rf e c c ió n d iv in a : He mos visto cómo los m ismos ca rac te res que sirvieron en la p rim era parte para presen tarnos lo distintivo y más reve lado r de la tras cendenc ia de la divinidad en su pensam ien to , vuelven de nuevo a en trar aqu í en escena como defensores de la inm anenc ia divina. El ser de Dios, en virtud de su perfección absolu ta, lleva in trínseca una ap titud exig itiva de existencia en todas las cosas y lugares (im m e n s it a s ) que se traduce , en un segundo momento — supuesta la existencia de las crea tu ras por c reac ión— en p re sencia actual de Dios en todas ellas (om n ip ra e s e n t ia ) 16. 15. Ibid., p.l, a.l, q.l c : I, 638b. Pretendiendo únicamente reconsi derar cuanto hemos analizado explícitamente en torno a los motivos de su afirmación sobre la presencia divina en las creaturas, procuraremos no aducir de nuevo los textos bonaventurianos antes indicados, a no ser que lo impongan razones especiales. 16. Ibid., ff.3 et c : I, 638a-b et 639a; Ibid., a.2, q.2: I, 644a-645b; Ibid., d.39, a.l, q.2 ad 4: I, 690b; II Sent., d.2, p.2, a.2, q.l c : II, 76b-
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