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D IO N ISIO C A ST IL LO CABALLERO 123 Por cuanto a la libertad humana se refiere, la presencia tras­ cendente de Dios no es fuerza que esclaviza o violenta, sino amor que responsabiliza al hombre desde dentro, para que él mismo se realice en la historia. El Seo. Doctor insiste particularmente en es­ ta idea del supremo respeto de Dios a la libertad humana, expre­ sándola en una frase de S. Agustín que se ha hecho famosa: “ Et cum secundum Augustinum, ’Deus sic res, quas cond i- dit, adm inistret, u t eas agere proprios motus sinat’ ; sicut non mutat naturam inditam lapidi et cu ilibet aüi gravi, quin tendani. inferius ad centrum , et ignis ac aéris, quin lendant superius et recedant a cen tro; sic nec debet vim inferre hornin’ , quem liberum fecit, quin possic semper elí­ gele quod voluerit” 8i. Por último, creemos que en el pensamiento bonaventuriano se encuentra virtualmente la respuesta a la problemática del compro­ miso humano en el mundo. appetitimi virtutis, sed potius per defectum vanitatis, qua creatura est ex nihilo. Hunc autem defectum summa Veritas et Potestas sua praesen- tia et manutenentia excludit a creatura. Et quia sic praesens est animae rationali, quam fecit, ut eam nunquam deserat, quin sit in ea per poten - tiam, praesentiam et essentiam; ideo anima rationalis nunquam potest corrumpi...” (II Sent., d.19, a.l, ad 2: II, 460b). Dicha concepción presu­ pone, como condición indispensable, una recta interpretación dialéctica de las relaciones entre trascendencia e inmanencia, en su aplicación an­ tropológica. Y, a la vez, una superación radical de cualquier considera­ ción espacio-temporal de las mismas. Sólo en el consciente reconoci­ miento de Dios por parte del hombre puede éste situarse en el cen tro que le corresponde. “ Las diferentes filosofías que imposibilitan la aper­ tura del hombre a la trascendencia y lo clausuran en su inmanencia, es­ tán imposibilitadas de realizar y dar razón del humanismo” (O.N. D e r i ­ s i, Humanismo y trascendencia, en Sapientia 20 (1965) 87). Pueden ver­ se interesantes observaciones sobre la relación entre humanismo y aper­ tura de la persona hacia Dios en O.N. D e r is i, La Persona. Su esencia, su vida, su mundo, La Plata 1950, y en art. cit., pp. 83-89; A. G a d d i, Umani­ tà e Umanesimo nella filosofia di S. Bonaventura, en Doctor Seraph. 4 (1957) 5-22. Conviene anotar, que, debido al concepto que S. Buenaven­ tura tiene de naturaleza, en correspondencia con su orientación prefe­ rentemente platónico-agustiniana, existe un peligro de interpretar su actitud ante la creatura como pesimismo radical, que pugnaría con un sano humanismo, sobre todo en lo referente a la posibilidad verdadera­ m en te humana del conocim iento. No obstante, ya hemos indicado que la insistencia del Seo. Doctor en la insuficiencia de la creatura no está m o­ tivada por su pesimismo respecto de ésta, sino por su altísima con cep­ ción de la trascendencia divina. Si bien parece reducir, en un primer as­ pecto, la valia de la creatura, en un segundo momento la realza, en vir­ tud de la presencia de Dios que la dignifica. En una síntesis del pensa­ miento bonaventuriano no deben olvidarse ambos momentos. 84. R egno Dei, n.44: V, 552a. Cfr. II Sent., d.23 a.l, q.2, f.3: II; 533b-534a ; Brevil., p.l, c.9: V, 218b; Ibid., p.3, c.2: V , 232a.

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