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DIONISIO CASTILLO CABALLERO 109 A firmando la p resenc ia de D ios al espíritu humano y la pro porción de conven iencia en tre ambos, ha puesto las bases de un au tén tico conocim ien to humano de Dios. Queda superado , por tan to, el agnosticismo teo lóg ico absoluto: el hombre puede conocer ve rdade ram en te a Dios. Aho ra bien, la afirm ación de la inm anenc ia noètica divina al hombre ¿ respeta su absolu ta trascendencia? El Seo. Docto r es conscien te de que la inm anenc ia noètica en ca ja pe rfec tam en te en se concepción sobre la trascendenc ia de Dios. Su doctrina se presen ta lo su ficien tem en te clara. Basta repen sar lo exam inado sobre la trascendenc ia divina en su pensam ien to. Pero encon tramos un texto en el que, tan conscien tem en te es afirm ada la com pa tib ilidad en tre ambas, que es de por sí suficien te para despe ja r cu a lqu ie r dificu ltad a este respecto. Respondiendo a una d ificu ltad contra la indub itab ilidad de la existencia de Dios por parte del hombre, S. Buenaventura anota: “ Ad illud qu o ob iieitu r, qu od an im a du b itan s de iis in fra se e t iu x ta se, e tc .; d icen dum , qu od n on v a le t: quia, lic e t D eum esse sit supra an im am se cun dum n a tu ram , e st tam en in tra an im am secu n dum n o t it ia m ...” S u p ra an im am s e c u n d um naturam - in tra an im am s e cu n d um no titiam : b inario lingü ístico , en el que se afirm a con toda claridad la superio ridad absolu ta de Dios y su inm anenc ia noètica al esp íri tu humano. tensum sit, quod Deus sit ita propinquus mentibus nostris, quod tam pau- corum est in se ipsis primum principium speculari... Mira igitur est cae- citas intellectus, qui non considerat illud quod prius videt et sine quo nihil potest cognoscere” (Itin., c. 4, n. 1: V, 306a; Ibid., c. 5, n. 4: V, 309a). La razón de todo esto es obvia: falta de interioridad espiritual, pérdida de la intimidad por la seducción de las cosas exteriores que ofuscan al hombre y le impiden ver la luz de Dios; como el “murciélago” — indica aprovechándose de una comparación de Aristóteles— nuestro entendi miento no se percata de nada ante la luz de Dios (Cfr. Ibid., c.5, n.4: V, 309a; Domin. 3 Adv., sermo 1: I X , 58b). Sería interesante hacer un estu dio del pensamiento zubiriano sobre el tema de Dios y el ateísmo en re lación al pensamiento bonaventuriano sobre el mismo. Hemos podido constatar una concepción muy similar (cfr. X . Z u b ir i , En torno al pro blema de Dios, en Naturaleza , Historia, Dios, Madrid 19512, esp. pp. 356- 360). 58. M y s t . T r i n i t . , q .l, a .l a d 10: V , 51a.
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