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446 TRASCENDENCIA E INM ANENCIA DE DIOS EN S. BUENAVENTURA Dios ocupa un puesto absolutamente trascendente en relación a los demás seres. Solamente El es a nullo: Dios es por sí mismo. Encuentra razón de su existencia, de sus perfecciones y sus prerro­ gativas, en su misma realidad: es absolutamente trascendente, su­ perando infinitamente cualquier otra realidad. Sumo en toda perfec­ ción y lo más absolutamente perfecto que pueda pensarse. Esta característica trascendente de Dios es la que justifica el que sea llamado con toda propiedad Dominus: expresión de subli­ midad, nobleza, excelencia, majestad y potenciaM1; que no tenga otro superior a E l102; que sea llamado Señor respecto de toda cosa creada 103 y tenga suma autoridad 1M. En segundo lugar, hay que tener una actitud de sen tir piadosí- simamente. Tavard llama la atención sobre el peligro que existe de inter­ pretar ¡a pietas bonaventuriana como sinónimo del termino lingüís­ tico moderno d e v o tiows. En nuestro caso sería una lamentable for­ ma de tergiversar el pensamiento metafísico que lo sostiene, redu­ ciéndolo a cierto sentimentalismo místico, del que ha sido acusa­ do S. Buenaventura sin fundamento a lguno106. 101. “Primo ergo tangitur Dei benignissima potestativa sublimitas sive nobilitas, cum dicitur: Dominus. Iste autem Dominus sublimissimus seu nobilissimus” (Dom. 3 Adv., sermo 13: IX, 71b). “ Dicit ergo: Domi­ ne, ubi commendat virtutis excellentiam et magnificentiam. Ista autem excellens virtus et magniñcentia, quae in hoc vocabulo Domine importa- tur...” (Doto. 20 post Pent., sermo 1: IX, 431a; “ ...Deus dicitur Dominus noster per excellentiam...” (Assunt. B. V. Mariae, sermo 6: IX, 705a); “Dominum vocant, non magistrum, quia petebant míraculum, non docu- mentum; quasi dicant: Domine, qui potens es...” (Cototo. lo., c .ll, n.4: VI. 395a); “ Ideo Dominum vocat, quia se potentem ostendit...” ( Tbid., c.21, n.9: VI, 520b); “ ...nomen summae maiestatis” ( Comm. Le., c.18, n.23: VII, 476a). 102. Perf. evang., q.l ad 11.12: V. 124b. 103. “ Cum Deus dicatur Dominus respectu omnis rei creatae...” (II Sent., d.2, p.l, dub.2 resp.: II, 70a). 104. Brevil., p.7, c .l: V, 282a. 105. G.H. Tavard, Transiency and Permanence. The Nature of Theology according to St. Bonaventure, New York-Louvain-Paderborn 1954, pp. 203-204; sobre el presente tema, cfr. pp. 203-211. 106. Desde el punto de vista místico o de desconfianza exagerada en el plano de la razón lo han interpretado, entre otros, E. Betton i, S. Bona­ ventura, Brescia 1945; R. Lazzarini, S. Bonaventura filosofo, e mistico del cristianesimo, Milano 1946. Cfr. crítica de los mismos en L. Veuthey, A proposito di due recenti studi su S. Bonaventura, en Misceli. Frane. 46 (1946) 216-231. Clásico en esta interpretación mística de S. Buenaven­ tura. T. M . Z igliara , Della luce intellettuale e dell’ontologismo secondo la dottrina di Santo Aoostino, Bonaventura e Tommaso di Aquino, Roma 1874.

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