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DIONISIO CASTILLO CABALLERO 507 Las m e ta físicas de los dos más g randes filó so fo s de la a n ti­ güedad son in te rp re tada s y con trastadas desde esta pe rspectiva : A ris tó te le s pe rsigue preferen tem en te el p rim e r modo de conoce r reso lu tivo , s em ip ie n e re so lven s. P latón, en cam b io , d irig e su es­ fuerzo in te le c tua l hacia el co noc im ien to p ie n e re so lven s. S. Buenaventura p recisa y con fron ta d ichas posturas in te le c ­ tuales de la s igu ien te manera: “Unde quia Plato totam cognitionem certitudinaliter conver- tit ad mundum intelligibilem sive idealem , ideo merito re- prehensus fu it ab A risto tele; non quia male diceret, ideas esse et aeternas rationes, cum eum in hoc laudet A ugu sti- nu s; sed quia, despecto mundo sensibili, totam certitudinem cognitionis reducere voluit ad illas ideas; et hoc ponendo, iicet videretur stabilire viam sapientiae, quae procedit se - eundum rationes aeternas, destruebat tam en viam scien - tiae, quae procedit secundum rationes crea tas; quam viam Aristóteles e contrario stabiliebat, illa superiore neglecta. E t ideo videtur, quod inter philosophos d a tu s sit P laton i ser­ mo sapientiae, Aristoteli vero sermo scientiae. Iile enim principaliter aspiciebat ad superiora, hic vero principaliter ad in feriora” °. P latón y A ris tó te le s pe rson ifican , po r tanto , los dos modos hu- dub. 1 resp.: I, 504a-b; II Sent., d.l, p.2, dub.2 resp.: II, 52a; Hexaem., coll. 11 n. 10: V, 381b). Es interesante anotar que, no obstante el puesto fundamental que ocupa esta función resolutiva en la concepción bona- venturiana, como irá manifestándose a lo largo de nuestro estudio, no ha tratado en sus escritos de definir ex profeso y con la claridad que merecía la naturaleza y función propia de este proceso. Es algo que es­ tá condicionando, según creemos, todo estudio sobre el pensamiento bo- naventuriano en relación a temas tan importantes como el del conoci­ miento humano, cognoscibilidad de la existencia de Dios, etc. A pesar de referirse constantemente al proceso plene resolvens, sólo hace referen­ cia explícita a él en orden a un intento de definición en dos ocasiones y, en ambas, indirectamente, al tratar de resolver algunas dudas implí­ citamente relacionadas con dicho problema (cfr. textos aducidos antes del Comentario al libro de las Sentencias). Hemos pensado en algunos de los interrogantes a los que nos avoca este hecho: El intellectus plene resolvens ¿es una facultad intelectiva que proyecta hacia la reductio o resolutio —ambos términos empleados por S. Buenaventura—, si bien con preferencia el primero, o, más bien, un modo de intelección ? ¿Cómo ha de interpretarse el pensamiento bonaventuriano sobre la función del ens purissimum en relación al conocimiento humano, si se admite esta segunda interpretación? Este pensamiento sobre el intellectus plene re­ solvens' ¿era algo recibido de la tradición, por lo que el Doctor Seráfico no trata de aclararlo como merecía? Tiene alguna relación con el tema de la trascendencia e inmanencia de Dios?... Nos ocuparemos de estos interrogantes a lo largo de nuestro estudio sólo en cuanto pueden servir a aclarar el tema que nos interesa directamente. Por el momento, baste haber insinuado un importante tema de los estudios bonaventurianos. 6. Christus mag ., n.18: V, 572a.

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