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308 LA FIESTA DE LA EXPIACION idea de que Dios está presente en todas partes. La nube del incien ­ so no ten ía la función de ocultar a Dios de las m iradas indiscretas del Sumo Sacerdote. Era una de tan tas prescripciones del culto de la cual apenas se conocía un sentido concreto. La pena de muerte no estaba ligada al hecho de ver a Dios, sino al cumplim iento o incumplim iento del precepto divino de poner el m Ih •sn entre los componentes del incienso sagrado. La m isión de esta sustancia dentro del incienso era la de hacer que el humo se elevase como una columna. 2.4. Hasta aquí el contenido de la polémica según el estudio de J. Z . Lauterbach. ¿Sería posible seguir en sus rasgos esenciales la evolución histórica, los estadios por que pasó? De modo h ipotéti­ co voy a señalar los tres m omentos principales: 2.4.1. En las fuentes rabínicas (M ishnah , Talmud, M idrash) la posición farisea está claramente en situación de dominio. Los s a - duceos están controlados y las fuen tes nos conservan sólo el recuer­ do de algún que otro Sumo Sacerdote saduceo que, contra las pres­ cripciones de los fariseos, realiza el rito de acuerdo con las propias ideas y — ¡n a tu ra lm en te !— term ina mal, es castigado por Dios. Ca ­ so típico el mencionado en Tosefta 1,8 (Ed. Bonsirven 931). Es cierto que todas estas fuen tes nacieron bajo el influ jo pre­ dom inante del fariseísmo, pero, en el punto concreto que estoy es­ tudiando, refleja todavía fielmente la situación histórica de las ú l­ tim as décadas de la existencia del templo. Aunque en la polémica sean, absolutamente hablando, los innovadores, de hecho sus ideas regulan ya de modo seguro la práctica del templo. Este dominio es, por lo demás, sólo una parte del dominio más general que los fa r i­ seos ejercen intelectualmente sobre el pueblo. A esta situación no se llegó de modo rep en tin o 23. 2.4.2. La versión griega no ofrece n ingún elemento que poda­ mos considerar de verdadera importancia objetiva. Pero tal vez m e­ 23. U n e s tu d io re c ie n te s in té t ic o so b re e l fa r is e ís m o y su h is t o r ia es e l d e M eyeh , Pharisaios A. Der Pharisäismus im Judentum , T hw n t I X 11-36. “ D ie g ro sse Z e it d e s P h a r is ä is m u s k a m e rs t n a c h d e r T e m p e ls z e r - s tö r u n g u n d d e r Z e r s c h la g u n g d e r J e ru s a le m e r H ie r o k r a t ie ” . 32. Iss. D e s ­ d e e l p u n to d e v is t a p u r a m e n te r e lig io s o - d o c t r in a l, la in flu e n c ia , d e l f a ­ ris e ís m o h a b ía id o a u m e n ta n d o a p a r t ir de la m u e r te d e H ir c a n o I (135- 104 a. C.) y a l c o m ie n z o de n u e s tr a e ra lo s fa r is e o s fo rm a b a n e l g ru p o re lig io s a m e n te m á s in flu y e n t e d e l ju d a is m o .

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