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G. ZAMORA 139 b'.era tenido dificultad en reconocerlas. K a n t sistematiza ambos con ­ ceptos y lo-- lanza a una nueva singladura, más desfigurados todavía. Lo que de ellos había siluetado ya la física y lo que de ellos retendría es la idea de sustancia como el soporte estático e inalterable de las propiedades de una cosa, y de causalidad como la posibilidad de pre­ decir con absoluta certeza el desarrollo futuro de un sistema cuando se cOnoce exactamente su estado inicial. Pero aparece el cuantismo en la física del s. X X y aquellas ideas se volatilizan ante los nuevos requisitos elementales de la experiencia microfísica. La idea “ clási­ ca” de sustancia conduce a contradicciones cuando se pretende o b ­ jetivar las diversas propiedades medibles de un sistem a ; y la causa- lidad-predecibilidad deja de funcionar en el reino de los eventos es­ tudiados d o t la mici'omecánica. Puestos a hacer justicia, habría que dejar bien en claro cómo han sido los conceptos de sustancia y de causalidad propios de la fí­ sica clásica, los que han fallado y no la idea metafísica tradicional de ambas. Debería quedar zan jada de una vez para siempre una cuestión tan malentendida. El reproche que podría dirigirse a aque­ lla física tanto desde la teoría de los cuantos, como desde la filosofía aristotélica, es el de que cayó en un excesivo a fán de objetividad, de “ m aterializar” algo que pertenece a otro orden de rea lidades3. 4. Si las primeras décadas del s. X X aportaron una revolución a las ciencias físicas, la segunda m itad del siglo está suscitando una revolución paralela en las biológicas. TNTo en último térm ino, debido a la aplicación, en el campo de las investigaciones sobre la vida, de algunos métodos propios de la fisicoquímica. Con frecuencia se ha dado, además, no sólo esa fecunda transfusión de métodos, sino em i­ gración de investigadores de un campo al otro. O acoplam iento de nuevas técnicas, como las facilitadas por la cibernética. Las fron te ­ ras de la biología se aproximan más y m ás a las de la vida m isma en estado naciente. PerO los virus y su estatuto biológico siguen siendo problema, especialmente si se adm ite una barrera entre la vida y lo inán im e, en la que no creen los más de entre los estudio­ sos de laboratorio, pero que presenta dificultades a muchos filóso­ fos. En el polo opuesto, la biología, por sí m isma o en sus derivacio­ 3. P e te r M it te ls t a e d t, P roblem as filo só fico s de la física moderna. T ra d . G . M . A le ix a n d re (M a d r id : A lh am b ra 1969). Se d e b a te n lo s d o s p r o ­ b lem a s in d ica d o s , m á s el de la ló g ic a clá s ica y la ló g ic a cu á n tica .

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