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G. ZAMORA 149 una fuerza interna y formadora, que mire al todo. A la visión adi­ tiva que m u e 'tra la ciencia debe unirse la visión integradora: el todo es y exige más que la suma de las partes: “La vida trabaja siempre por producir un todo determinado, capaz de existir” . La concepción mecan'o-atom ística del desarrollo evolutivo representa sólo una vista parcial del mismo, que debería complementarse con -u visión holística, o integral. Magnificada a esa escala la evolución, no se ve cómo un juego caótico haya podido llegar hasta el orden y regularidad que con'ocemos. La razonabilidad del resultado no puede provenir del absurdo. Adm itir el azar como explicación com ­ pleta del fenómeno exige más fe que el recurso a la teleología y es, como m ínimo, tan gratuito como este recursfo. En conclusión : a un pensam iento completo y coherente no pue­ de menos de parecerle insuficiente la asunción del azar como ú lti­ mo principio metafísica, viéndose obligado a afirmar la inm anencia de una causa final en el proceso evolutivo. Sin ella éste permanece inexplicado. Ese hito al que tiende inconscientemente el universo es el hombre y, más Concretamente, su espíritu inteligente, volente y libre. La cosmogénesis se dirige hacia la noogénesis. La natu ra ­ leza tiende a la conciencia en virtud de toda su estructura: a posibilitarla, prepararla de cerca, realizarla, aunque tal ten ­ dencia no sea lineal. El impulso avanza de lo m ineral a lo vegeta­ tivo, y de esto al conocim iento sensitivo, para no parar hasta el n i­ vel de la inteligencia conociente de sí misma. El simple animal co­ noce, el animal racional se conoce; a la individualidad propia del bruto añade la personalidad, que significa apertura a otros indivi­ duos-persona, y ú ltim am ente a una Persona infinita. El progreso gradual por etapas h ilo-bio-psíquic'o-noéticas term ina, pues, en un ser apto para conocer y amar el sentido de este gran proceso y a su Autor tran scend en te10 10. H u b ertu s M y n a r e k , D er M en sch Sinnziel d er W elten tw ick lun g . Das Bild d es M en sch en in ein em d ynam isch em Universum (P a d e r b o r n : S c h ö n in g h 1 9 6 7 ). L a p e r sp e ctiv a e n qu e se c o lo c a — la d el h om b re com o m e ta de to d o el p r o c e s o e v o lu tiv o o, lo qu e es lo m ism o , la im a g e n d el h om b re e n u n u n iv e rs o d in á m ic o— r e s p o n d e n o só lo a la c o n v ic c ió n d el A., s in o s o b re to d o a la d el g ra n te ó lo g o H e rm á n S ch e ll, que a n tic ip ó en p a rte la sín te sis te ilh a rd ia n a . El p e n s am ie n to de S ch e ll in te g r ó lo s d a to s em p írico s co n lo s filosóficos y te o ló g ico s . U n a cie rto el e x h um a rlo a h o r a y com p le ta rlo .

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