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11 3 F ILO S O F IA Y C IE N C IA N ATU R AL HOY sea, una significación más honda y amplia, que le permite ir mucho más lejos que ellos en la concretización y determ inación de la rea­ lidad como un tod'o. Y , sin embargo, no puede prescindir de aquél. Para configurar y fundar una imagen del mundo, la filosofía no puede aislarse de la ciencia, so pena de justificar el reproche u 'u a l de que construye a priori. No es posible, por ejemplo, edificar una filosofía de la naturaleza de espaldas al estado actual de los conocim ientos en las ciencias de la materia. Y debe admitirse que ni fáctica n i h istóricamente es ese el ca ­ so. La filosofía europea comenzó con los indagadores presocráticos del principio originario (arkhé), cOmo una ciencia de la naturaleza, como física y “ fisiología” . Esa tradición de maridaje filosófico-cientifico se continuó en las ontologias, de estructura m atem ática, de los pitagóricos y P la ­ tón, en el atom ismo de Leucipo y Demócrito y, finalmente, en la gran síntesis sistemática de Aristóteles, que ha de considerarse co­ mo la ciencia natural de la antigüedad y de la edad media. B ajo el m ismo signo .reaparece más adelante, transfundiéndose la nueva ciencia en la “ philosophia naturalis” de Newton. La m ism a filosofía teorética de K an t se presenta, desde la cuestión básica sobre la po­ sibilidad de la nueva ciencia natural, como una filosofía dentro del espíritu de la mecánica newtoniana. Y el pensam iento de polaridad dialéctica de Schelling se corresponde expresamente con el fenóm e­ no de la polaridad eléctrica recién descubierto, del cual partió la superación de la imagen mecanicística del mundo no dialéctica. Esa antítesis entre dialéctica y mecánica, expresada primeramente en la idea schellingiana de la filosofía natural, sería reutilizada por Marx y Engels en la lucha del materialismo dialéctico Contra el m e - canicista. El entramado de ciencia y filosofía en la empresa común de fundam en tar una imagen del mundo aparece así con toda claridad en el plano histórico. Si, en pleno auge de la ciencia moderna, el influjo de ésta so­ bre la filosofía pudo parecer prevalente sobre el inverso, las inves­ tigaciones m ás recientes acentúan , por el contrario, el influ jo pre­ dom inante de la filosofía .sobre las ciencias natu rales: sobre su pro­ blem ática, perspectivas básicas y enfoque. Merced a ella ha vuelto la ciencia su m irada sobre nuevos fenómenos y problemas en la re­ lación del hombre consigo m ismo y con el universo. Ta l ha aconte

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