PS_NyG_1973v020n001p0111_0121
LEO G ABR IE L 115 los científicos actuales ocupados de problemas filosóficos en busca de una imagen que englobe lo real desde la perspectiva de la física. No está fuera de lugar la humorística apostilla de uno de ellos, según el cual la filosofia ha “ irrumpido” hoy en la física ... La filosofía, sí, pues de sus asuntos se trata cuando se ventilan problemas de a lcan ce universal, aún dentro del campo de la investigación científica. De por sí, las teorías físicas generales no tienen la universalidad exi gida por una imagen del mundo omnicomprensiva. Pero su v incu la ción funcional al ámbito lim itado y especial de un fenómen'o recla m a se desligue de tales vínculos y se someta a una interpretación en el lenguaje de la filosofía, para convertirse así en imagen del mundo rigurosamente totalizante. Con esto no m engua la condición propiamente física de la teoría, sin'o que halla el cam ino para su adecuado despliegue. Pues sólo a nivel filosófico cobran las implica ciones de una imagen física del mundo genuina universalidad e idó nea explicación. En cuanto ciencia particular, puede la física in te grarse en la perspectiva ontològica total tomando parte activa en ella, porque cubre un determ inado aspecto de la realidad objetiva, a través del cual se relaciona con el todo. Pero si la física, olvidada de que es sólo una región particular del saber y, como tal, tan váli da como cualquier otra, trata de absolutizarse como única visión ‘ontològica de lo real, conducirá a un totalitarismo científico desfi- gurador de la realidad. Exactamente igual acontece a todas aquellas “ partes” del saber que quieran transformarse en el todo, mediante falsas universalizaciones y absolutizaciones etiquetadas con un “is - m o ” pseudofilosófico. El recinto ontològico de una ciencia particular es necesariamen te particular (es donde apun tan muy certeramente las ontologías regionales de E. Husserl) y, sin traslación filosófica, se torna necesa riamente totalitario. Sin el horizonte integran te de la filosofía acecha siempre el peligro de absíolutizar las imágenes del mundo de las ciencias particulares que man ifiestan su cariz pseudofilosófico en el fisicalismo, biologismo, psicologismo, sociologismo e historicismo. Nos sale aquí al paso la objeción positivista de que en el plano filosófico de lo real nada se conoce que no se sepa de antem ano y ún icamente por las ciencias particu lares; con la desventaja para la filosofía de que en la ciencia se trata de una noticia crítica, por ser Comprobable, m ientras que en aquélla aparece introducida a priori, como “ construcción” conceptual (K an t) y, por lo m ismo, en form a
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz