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M . D IA Z ALVAREZ 109 la r e v o lu c ió n y la liberación tiene también carácter netam en te científico. “ Es científica en la medida en que t'oma en serio el análisis científico de la realidad por medio de la econom ía y la politología, p a r t ic ip a n d o así más fuertem ente del carácter analítico de las cien­ cias naturales y hum anas” w. Es curioso Constatar cómo los factores de esta nueva teología no son precisamente los clérigos educados en Europa., quienes siem ­ pre participan de los escrúpulos jurídico-doctrinales adquiridos en las viejas aulas, sino aquellos que se han formado en Contacto co­ tidiano con el pueblo. Si alguno ha cursado sus estudios en Europa (Rom a, sobre todo) ha tenido que ser a base de la experiencia con la r e a lid a d Como ha logrado cambiar su mentalidad abstracta y su teología de laboratorio en evangelio encarnado. Una teología pastoral no existirá nunca en estado puro. Está su jeta a las culturas que la elaboran, a las preocupaciones y pensa­ m ientos de épocas y lugares. Nada de particular tiene, por lo tan ­ to, que el concepto socio-político de “ opresores-oprim idos” se acep­ te como una línea de liberación. El térm ino liberación adopta en América Latina cuatro sen ti­ dos bien diferenciados. Uno propiamente teológico-pastoral, que es la antítesis de la opresión del pecado y de todas sus consecuencias socio-políticas. Los otros tres 'en tid os se reducen al campo de la sociología y la política. La actitud general de los sacerdotes llamados tercermundistas puede ser juzgada muy diversamente. Para algunos será como la justificación de una frustración personal, que se evade al campo del compromiso político para hacerse notar como persona útil. Para otros serán el fruto de una formación sem inarial raquítica, sin los principios eternos de las ciencias sagradas y sin la lógica m a tem á - ca de la apología y la dogmática. En todo caso, no parecen ser tan ignorantes. Manteniéndose dóciles a las directrices de la Iglesia y llevando una vida arriesgada con el comptom iso, edifican la teología que están requiriendo los nuevos signos de los tiempos, más cerca de los hombres y de sus problemas M anuel Díaz A lvarkz Caracas 4 9 . Ib. p . 158.

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