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M . D IA Z ALVAR EZ 101 b) La justificación, a nivel de la verdad y de la energía sa l- vífica cristianas, de una salida hacia un nuevo sistema social, que n'o se quede en las garras de un individualis­ mo asfixiante de los desposeídos, ni en las de un colecti­ vismo estatista que no permita al pueblo y a los pueblos ser verdaderos protagonistas de sus destino. e) Este proceso es difícil, dadas las fuerzas p'odero-s de la opresión. Pero el cristianismo tiene el deber de iluminar la “ dimensión social” de los derechos de la legítima de­ fensa del hombre. 7. “Nuestro documento se cierra recordando que la fidelidad y la comunión eclesiásticas no pueden realizarse a costa de silen ­ ciar aquel aspecto de la verdad cristiana y de sus energías salvado­ ras que lo hacen un mensaje de encarnación para cada nueva gene­ ración y cada nuevo hombre que surge a la h istoria” . Más adelante veremos en detalle algunas de las respuestas con ­ cretas a la Permanente por parte del Movim iento sObre todo lo re­ ferente a su opción política. 5. Persecución y críticas del M S T M A finales del año 1970 la Iglesia argentina fue presa de una per­ secución similar a la de 1955, cuando una opción política (seguir o rechazar a Perón) dividió al clero y a los laicos. El ocho de ju lio fue detenido el sacerdote Alberto Carbone, acusado de ser el dueño de la máquina que usaron los raptores de Aramburu. El arresto fue suficiente para que muchos católicos, con ­ siderados comO derechistas defensores de la ortodoxia, se rasgaran las vestiduras y lanzasen las m ás degradantes diatribas en contra del Movim iento. El vespertino “La Razón ” perdió el sentido de la lógica y llegó a entrometer en el asunto al m ismo Arzobispo Coad­ jutor de Buenos Aires. Se quiso aprovechar la reunión del episco­ pado (20 -28 octubre) para que condenase abiertamente al MSTM . Poco después, trescientos sacerdotes acusan a sus colegas los tercermundistas de “ hacer la apología del crim en” y de “ empeñar­ se en cambiar la imagen de la Iglesia, del cristianismo y aun del m ismo Jesucristo” . “Quieren, decían, una iglesia volcada tan sólo a la promoción social del hombre” , “ una Iglesia temporalista, m a te

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