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82 LA TEOLOGIA DE LA LIBERACION Y. lo ha expresado del -iguiente modo: “Pienso y confío que del Sí- noc'o surgirá el sacerdote que hoy necesitan los hombres. Por un lado, el hombre que vive junco a los hombres el tremendo cambio que se opera en el mundo. Que viva desde adentro esta gestación de un mundo nuevo. Que sienta en carne propia la injusticia y acompañe a los hombres en e'te proceso de liberación. Por eso, la íntima conexión entre los dos temas del Sínodo: el sacerdocio y ia cuestión social. El sacerdote que no participe de esta dimensión se sentirá extraño a los hombres y de allí provendrá su desorien­ tación y sus crisis. Por otro lado, los laicos, hoy más que nunca, necesitan ver en el sacerdote al htombre de Dios, del Dios-Hombre, comprometido con la humanidad para siempre: Jesucristo, esperanza de libera­ ción plena y única respuesta al apetito de divinidad. Dios se hace hombre para que el hombre se haga Di'os. El sacerdote que no es hombre de Dio- defraudará a los hombres, porque no expresa la Originalidad del mensaje cristiano, cediendo en cambio a la ten­ tación de modernidad. Finalmente, todo cristiano debe aceptar vivir a contrapelo de la realidad, y más el sacerdote. Debe seguir el destino de Cristo, no halagando a los hombres, sino sirviéndolos e interpelándolos” \ La confesión es de Carlos Mujica, sacerdote para el Tercer Mundo. Los choques entre esta ola avanzada del clero latioameri- cano y la jerarquía suelen ser frecuentes. ¿Por qué? 1. ¿S a cram en ta liza ción o ev a n g eliza ción ? El clero latinoamericano puede escoger entre lanzarse a una evangelización planificada o seguir administrando sacramentos co- m'o vía ordinaria para conservar el re-coldo de un cristianismo su­ perficial. En cualquiera de los dos campos, la tarea es inmensa. Frecuentemente algunos se disculpan de no poder evangelizar a fondo, debido a que el gran número de fieles a ellos confiados ex­ cede c'on mucho lo que resisten sus fuerzas físicas. Y es cierto. En Latinoamérica muchos sacerdotes tienen tarea suficiente con casar, enterrar, celebrar y bautizar. Ese es el motivo por el que algunos 1 . “ P rim era p la n a ” , n.° 453 , octu bre 1971 , p. 93 (Buenos Aires).

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