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M . D IA Z ALVAREZ 97 conflictos intraeclesiales vividos en el año setenta por a lgu n o ' m iem ­ bros del Movim iento son Consecuencia lógica de la incitación y fr ic ­ ciones que necesariamente se han de producir cuando no se ven lle­ vados a la práctica con la urgencia y en la medida necesaria, los com ­ promisos públicos asum idos en M ed e llín 27. Si el Movim iento se definió por el socialismo latinoamericano fue por considerarlo m ás acorde con el evangelio, pero advierten que ni pueden ni quieren constituir un “ partido político” , ni convertirse en un grupo revolucionario dispuesto a tomar el poder. “ El Movimiento como tal se prohíbe, en e 'e orden de cosas, opinar y tomar posición acerca de tácticas, estrategias o tendencias de grupos y organizacio­ nes, respetando con ello la libertad de opción de sus propios m iem ­ bros... El poder debe ser tomado por revolucionarios del Pueblo de D ios” 28. En su documento rechazan las presiones y persecuciones a que han sido sometidos algunos miembros del Movim iento y de las in sti­ tuciones revolucionarias en su lucha por la liberación nacional. “Que­ de definitivamente en claro que al definirnos por el Tercer Mundo no lo hacemos por una “ideología” o una “ posición tercerista” que pudiera colocarnos al margen de la única lucha rea l: la del pueblo explotado contra las m inorías opresoras que detectan el poder... Nos hemos definido y lo seguiremos haciendo cada vez más clara y eficazmente por el mundo de los pobres y oprimidos. Nos lleva a ello inexorablemente nuesira opción por C ri'to que, como ayer y como siempre, nos dice: “Les aseguro que en la medida en que lo h icie­ ron con el más pequeño de mis hermanos, l'o hiceron conm igo” (M t 25,48)-9. 3. La reacción de la Comisión Permanente An te los principios y actitudes presuntamente sustentadas por los Sacerdotes del Tercer Mundo reaccionaron quince obispos argen ­ tinos, componentes de la Comisión Permanente del Episcopado. R es­ ponden en nombre de todos los obispos y dirigen sus palabras al “Pueblo de D ios” . A lgunos creen que la respuesta no es lógica, sobre 2 7 . Ib. d . 9 8 . 2 8 . Ib. p . 115 . 2 9 . A nonimo , P olém ica en la Iglesia (B u e n o s A ires, Ed. B ú squ ed a , 1 9 7 0 ) p . 11 2 . 5