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5 6 LA IGLESIA Y EL CLERO SALMANTINO EN LA B. E. MEDIA Muerto Don Jerónimo, en el año 1120 , la diócesis de Salaman- ca comenzó a tener vida propia. Una de las primeras necesidades que sintió la iglesia salmantina fue la de diferenciarse geográficamente de las diócesis vecinas: Zamora y Ciudad Rodrigo. Pero, aún no se habían iniciado los pleitos entre estos obispados, cuando el papa sometió a la sede de Santiago de Compostela el obis­ pado salmantino. Gelmírez logró, en 1120 , que se trasladasen a Santiago los de­ rechos metropolitanos de la antigua provincia eclesiástica de Mérida y que, en consecuencia, los obispos de Coimbra, Salamanca, Avila... fuesen sufragáneos de Santiago de Compostela. Esta titularidad fue obtenida iniciaimente con una restricción: Los derechos metropoli­ tanos pertenecerían a Santiago, mientras Mérida se encontrara en po­ der de los musulmanes. G. Zurita ha resumido así las diversas razones que motivaron el cambio de la titularidad de Mérida a Santiago: «Y en el año siguien­ te [ 1120 ] erigió (Calixto II) la iglesia catedral del bienaventurado Santiago [de Compostela] en metrópoli por particular devoción que tuvo al glorioso Apóstol Santiago, y por contemplación del rey [A l­ fonso VIÍ] su sobrino, que se lo suplicó. Y también por haber muy “se abrió el sepulcro del Santo, h allándom e presente, y pareció dentro vn cerco de oro, con esta le tra a l rededor: ’H ie r o n y m u s E p is c o p u s s e r v v s C h r i s t i f i d e l i s . S in tieron los circunstantes al tiem po que se abrió vn olor suauissimo, que em an aua de aquellas cenizas santas, que se recogieron en vn arca, y se les dio sepultura en el silencio de la noche debaxo del A ra del A lta r desta C a p illa ; fu y vno de los tres prebendados que hizieron este oficio de reu erencia deuida a m i P relado ” ( Theatro eclesiástico de la Iglesia y ciudad de Salamanca, Salam anca, 1618, p. 42). O tras noticias más detalladas en torno a la figura de Don Jerónimo pueden verse en ji m e n e z d e r a d a , De rebus Hispaniae, ed. de 1793, T . I I I p. 140; d e f o r n e a u x , m ., Les Français en Espagne aux X le . et X lle . siè­ cles, Paris, Presses U n iversitaires de F rance, 1949, pp. 33-37: m e n e n d e z p id a l, r . , La España del Cid, 7.a éd., t. I I , M ad rid , Espasa-Calpe, 1969, p. 586; G O M Ez-M O R EN O , m ., Catálogo monumental de España. Provincia' de Salamanca. Texto, M ad rid , D irección G en eral de Bellas A rtes, 1967 p. 202 . Asi mismo pueden consultarse las obras de los distintos h isto riado ­ res de Salam anca, cuya cita exacta a la rg a ría excesivamente esta no ta : G. González D á v ila , B. Dorado, J. M .* Cuadrado, M . V illa r y Maclas, etc. Algunos puntos mencionados en este artículo, h a n sido estudiados con an te rio rid ad por G o n z a le z , j . , La clerecía de Salamanca durante la Edad Media, en “H isp an ia ” I I I (1943) 409 413. En este m ismo artícu lo se h a lla n transcritos im po rtan tes documentos p a ra el conocim iento de la vida de los clérigos salm antinos: la constitución de Don V id a l de 1179. el Fuero de la clerecía y el convenio llevado a cabo en tre el obispo y ei cabildo de Salam anca con la clerecía el 26 de ab ril de 1259.

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