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E. RIVERA DE VENTOSA 53 tico, hay que añadir que sólo desde la posición del sistema abierto se hace posible el diálogo real y, dentro de este diálogo que supera la dialéctica de los sistemas, la actualización y aseguración de la existen­ cia humana * $ * Creemos que estos jalones señalan la ruta mental que el pensa­ dor de Viena, L.Gabriel, ha seguido para llegar desde la dialéctica al diálogo. Ahora place constatar cómo nuestro pensador ha superado la inicial diaiógica de Kierkegaard, limitada al diálogo con la Trans­ cendencia Absoluta por medio del salto cualitativo. También ha su­ perado la diaiógica de este siglo que, demasiado imbuida por cierta actitud ambiental irracionalista, se ha limitado a subrayar la abertura del yo al tú, pero no ha hallado la fundamentación del diálogo en la misma lógica del pensar. Es ésta la aportación de L.Gabriel. Y esta aportación es una conquista más en la vida del espíritu y punto de partida para otras ulteriores conquistas. Al concluir estas reflexiones vienen a la mente las palabras au­ gúrales con que L.Gabriel cierra el prólogo de su obra, Mensch und Welt in der Entscheidung: «Que fructifiquen estas explicaciones... Que muevan — más allá del conocimiento— a la realización de las tareas a nosotros impuestas, a fin de que la llamada que hoy llega has­ ta nosotros no quede sin respuesta. Pues esta respuesta es nuestra responsabilidad» “ . E n r iq u e R iv e r a d e V e n t o s a Salamanca. U . Pontificia. 55. Lógica..., p. 530-531. 56. Hombre y mundo..., 11.

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