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C. BA2ARRA 5 la unión, no a través cíe una cualidad sobrenatural, sino por la mis ma hipóstasis del Verbo, que permanece en el cuerpo después de co rrompidas las especies. Sería una modalidad de unión hipostática, per sonal, propia del comulgante y no sólo por gracia En cambio, el Cardenal Cienfuegos estructura una nueva ex plicación, la unión asuntiva, que consiste en que el alma humana de Cristo en algún modo se posesiona del fervoroso comulgante, adue ñándose de él y dirigiéndole. Una unión para la que tampoco basta la gracia santificante 7. A principios de siglo, Leray, apoyándose en la teoría molecular y no en la escolástica de materia y forma, llega a la conclusión de que la presencia sacramental de Cristo se prolonga después de la ab sorción. En realidad, lo que hace Leray es extender la duración de las especies, y estrictamente no defiende, fuera del sacramento, una unión con Cristo que no sea por gracia 8. El que más exageradamente defiende una unión con Cristo, propia y exclusiva de la Eucaristía, es el canónigo Martínez Sacris tán. La Eucaristía no hace más que trasladar a Cristo de las especies al comulgante, en el que permanece «per modum substantiae» s. Todos estos autores y otros que se mantienen en esa línea, su ponen que todo sacramento, además de la gracia santificante, ha de producir otra gracia sacramental. Gracia santificante y sacramental las distinguen realmente, y es en la gracia sacramental donde única mente ven posible la distinción de los sacramentos entre sí. Como cada sacramento ha de producir su gracia sacramental propia, surge una multiplicación de cualidades que reducen la vida sobrenatural a un complicado mecanicismo en donde lo personal queda un poco des dibujado. Hoy día se tiende a simplificar y no a multiplicar los entes sin necesidad. Por ejemplo, la gracia sacramental se presenta como la mis 6. C ornelio a L apide , Commentaria in Joannem, c. 6. 7. C ienfuegos , Vita abscondita seu speciebus eucharisticis velata, disp. 8. sec. 2, n. 26. 8. A. Leray, Le Dogme de l’Eucharistie, Essai d’explication. Paris 1900. Un com entario y crític a de esta d o ctrin a pueden verse hechas por L. L e - hu , O. P., Une nouvelle explication scientifique de l’Eucharistie, en R e vue Thom iste , 9 (1901) 22-39; 156-171; 338-351. 9. M artínez S acristan , Árcanos de la Sagrada Eucaristía, León 1907.
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