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C. BAZARRA En este pasaje no explica cuáles son precisamente esos dos efec­ tos. Pero más adelante ya los determina: “C cmm un iter te n e n t doctores fideles tam q uam c e rtitu d in a lite r verum , quod in re m edia, quae est corpus C h ris ti verum , non est d iffe re n tía in te r iustum et im p ium ; quia ipse Dom inus utrisque se o ffe rt nunc, sicut pro ómnibus se o b tu lit in cruce. Sed quan tum ad u ltim am , scilicet unionem in corpore mystico, m u ltum re fe rt, quia boni rec ip iun t inde fru ctum , m a li non, immo potius dam n um ” “ . El primer efecto, común a buenos y malos, es la recepción del cuerpo verdadero de Cristo, y este efecto no es fin en sí mismo, sino que está ordenado al otro. Por eso llama «res media» al cuerpo de Cristo, que no permanece perpetuamente en el comulgante. San Buenaventura examina las cuatro sentencias que había en su tiempo sobre la duración de la presencia de Cristo, y que eran las siguien­ tes: 1 .a el cuerpo de Cristo sigue a las especies a cualquier parte; 2 .' sigue a las especies mientras son ordenables a la refección; 3 .a mientras no se termine la manducación; 4 .a mientras puedan ser perceptibles por los sentidos. Rechaza decididamente la primera y la cuarta; en cambio, “De duabus positionibus mediis, quae sit verior, non est facile iudicare, cum u traque m u ltum sit probabilis” n. El, personalmente, se inclina por lo siguiente: “R elatis quattuo r opinionibus, securior d e c la ra tu r ea quae as- serit quod corpus C h ris ti m an e t in stomacho sub speciebus quam - diu hae sunt sub p rop ria fo rm a et h ab e n t ra tio n em reficiendi” ®. De todo esto se deduce que la presencia corporal de Cristo en el comulgante no es el efecto permanente y primario de este Sacra­ mento. Es «res et sacramentum» o «res media» que se ordena a otro 50. IV Sent., d. 9, a. 2, q. 1; Op. Omn. IV , 208. 51. IV Sent., d. 13, a. 2, q. 2; Op. Omn, TV, 311. 52. IV Sent., d. 13, a. 2, q. 2: Op. Omn. IV , 310.

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