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2 6 8 LA FILOSOFIA CRISTIANA EN EL MAGISTERIO. La Sagrada Congregación de Sem inarios y Univesidades el 12 de junio de 1931 prescrib ía: (Obsérvese religiosamente lo que se es­ tatuye en el art. 29 (a) y (c) de la Constitución Apostólica (oDeus Scientiarum Dommus ») sobre la formación según el método, p rinci­ pios y sistema del Angélico Doctor, siguiendo las normas de las C a r­ tas encíclicas del Papa León X I I I , «Aeterni Patns ». . . y del Papa Pío X I , «Studiorum Ducem»... (A A S , 1931 . p . 268 ). L a orientación si­ gue siendo claramente tomista. Santo Tom ás de Aqumo , en frase del Cardenal Cayetano que León X I I I hace suya, «por haber venerado en sumo grado a todos los Doctores, alcanzó de algún modo la sabiduría de todos ellos» (In S . T h . II II, q. 148 , a. 4 , in fi. «Aeterm Patns« A S S , 1879 , p. 108 .-V . «Studiorum Ducem», A A S , 1923 , p. 3 11 ). «Las doctrinas dispersas de aquéllos las reunió y amplió en un cuerpo de doctrina con orden admirable» («Ae te rn i P a tris» , A S S , 1879 , p. 108 ) de modo que Pío X I creyó poderlo llamar «Doctor Común y U n ive rsa l de la Iglesia» («Studiorum Ducem», A A S , 1923 , 314 ). Lo mismo podemos decir en filosofía. Tom ás de Aqu ino reco­ gió cuanto de verdad halló en todos los demás filósofos, ordenando el saber filosófico humano en una amplísima síntesis en la que tienen ca­ bida toda la diversidad de ciencias filosóficas ( V . In Ethic. Añst. Nic., lect. 1 .- «Studiorum Ducem», A A S , 1923 , p. 3 16 ). Tomás era, pues, el maestro universal, capaz de integrar armó­ nicamente la pluralidad de toda la teología v filosofía cristiana, puesto que él había ya realizado esta armonización de todos los doc­ tores y filósofos anteriores, recogiendo en amolia v profunda síntesis el patrimonio común del saber cristiano. L a APERTURA Y PLURALISMO DE PÍO X II Pío X I I en un discurso a los alumnos de los Seminarios y Co le­ gios de Roma les insiste en que «pongan su mayor amor e interés en Santo T om á s : dedicaos con todas vuestras fuerzas al estudio y com­ prensión de su profunda doctrina». Pero añade tam b ién : «Aproba­ mos y recomendamos plenamente que, en cuanto sea necesario, se complete la antigua sabiduría con los nuevos descubrimientos de las

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