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2 90 LA FILOSOFIA CRISTIANA EN EL MAGISTERIO.. patrimonio cultural tradicional, que se encuentra como un tesoro aún en Santo Tom ás, y que debe de ser explotado y adaptado tam­ bién a la nueva cultura. 2 . A Pablo V I le corresponde sobre todo la realización de las grandes ideas del Vaticano II. E l primer documento a que hacemos referencia es una carta al General de los Dom inicos, P . Aniceto F e r­ nández, felicitándole por « L a Fundación Santo Tom ás de Aqu ino de los Padres Dominicos de Estados Un ido s», cuvo fin es la reedi­ ción de las Obras del Doctor Angélico , adecuadas a los métodos crí­ ticos actuales, el estudio comparado de su doctrina con los sistemas modernos de filosofía y con la ciencia y cultura de hoy. Pablo V I afirma en la carta oue «en las obras de Santo Tom ás de Aqu ino se encuentra un compendio de las verdades más universales y funda­ mentales, y expresadas del modo más claro y persuasivo, por lo cual su enseñanza constituye un tesoro de inestimable v a lo r ... para toda la Iglesia y para todos los espíritus sedientos de verdad. No sin razón se le ha llamado (a Santo Tomás) el hombre de todos los tiempos. Su ciencia filosófica, que refleja las esencias de las cosas realmente exis­ tentes en su verdad cierta e inmutable, no es n i medieval, n i propia de una nación pa rticu la r; trasciende el tiemno y el espacio, y no es menos válida pava toda la humanidad de h o y ..., estamos convencidos de que el más amplio y exacto conocimiento de la enseñanza del «Doctor Común»... traerá grandes beneficios a la causa de la ve r­ dad» (A A S , 1964 , p. 30 3 - 304 ). La carta, además de contener una amolia aprobación del plan de investigación y puesta al día de toda la obra del Aqu ina te , tal co­ mo se lo ha propuesto la fundación norteamericana, contiene una clara afirmación de la validez «perenne» de la filosofía del Doctor Angélico. E n un discurso a la Pontificia Academ ia de Santo Tom ás de Aqu ino en el V I Congreso Internacional Tom ista , reunido para es­ tudiar el tema de D ios en la obra de Santo Tom ás y en la filosofía moderna, Pablo V I , como había hecho Pío X I I , se pregunta «si la doctrina de un pensador de la Edad Media puede tener un interés distinto del histórico v se le ouede atribu ir un valo r universal» (A A S , 1965 , p . 790 ). La respuesta corrobora y explica la afirmación del documento