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RICARDO MARIMON 285 de nuestro tiempo, tratando de «humanizarla» e «impregnarla de espíritu cristiano» (G S , 61 ). Reconoce el Concilio que no siempre es fácil compaginar la cul- tura con la formación cristiana» (G S , 62 ). Pero añade enseguida: « E s tas dificultades no dañan neceseriamente a la vida de f e ; incluso pue den estimular la mente a una más exacta y profunda comprensión de aquélla» (G S , 62 ). La posición conciliar está llena de esperanza. Son «los teólogos» especialmente, quienes están llamados a rea lizar las «nuevas investigaciones» reclamadas por los problemas sus citados por la cultura (G S , 62 ). A ellos les recomienda, por tanto, el Concilio , «buscar un modo más apropiado de comunicar sus conoci mientos a los hombres de su ép o ca ..., v i v i r ... en estrecha unión con los demás hombres de su tiem p o ..., colaborar con los hombres versa dos en otras m a te ria s ..., seguir profundizando en la verdad revelada, sin perder el contacto con su tiempo, a fin de facilita r a los hombres cultos en los diversos ramos del saber un mejor conocimiento de la fe» , (G S , 62 ). E l párrafo 62 de la «Gaudmm et Spes » es de la máxima impor tancia por su realismo y valo r práctico para la cristianización de la cultura. S i los teólogos y filósofos de la Iglesia no tienen contacto con los hombres de ciencia, ni se beneficiará la teología de los nuevos descubrimientos, ni sabrán los científicos compaginar los nuevos descubrimientos con la fe. L a colaboración propugnada por el Con cilio es verdadera «agua de mayo» para innumerables intelectuales católicos angustiados por el divorcio práctico de la fe y la ciencia, vivido por nuestra cultura occidental a partir de la edad moderna. 3 . Consignamos la distinción de Juan X X I I I repetida por el C o n c ilio : « Una cosa es el depósito m ismo de la fe, o sea, sus verda - des, y otra es el modo de formularlas, conservando el mismo con - tenido » ( V . Discurso del 11 oct. 1962 al abrir el Concilio, A A S , 1962 , p. 792 . G S , 62 ). Tam b ién reconoce el Concilio «la autonomía legítima de la cultura humana, V especialmente la de las ciencias» ( V . Conc. V a t. I, const. «De 1 Films», D en z. 1795 - 1799 ), «salvados el orden moral y la utilidad común» (G S , 59)* finalmente, procla ma también «la debida libertad de investigación, de pensamiento y y de hacer conocer, hum ilde y valerosamente, su manera de ver en el campo de (la propia) competencia» (G S , 62 .)
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