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220 LA IGLESIA ES UNA COMUNION. P a r t e í L a I g le s ia , comunion de S acerdotes , de P rofetas y de R e y e s , A L S E R V IC IO D E L O S H O M B R E S E l punto neurálgico alrededor del cual gira la eclesiología del Vaticano i! es el de ia comunión. E l pueblo de D ios se siente básica- mente comunidad de oyentes y practicantes de la Palabra d iv in a . E s así como partiendo de la igualdad fundamental de todos los fieles en la participación de los bienes de la gracia, intentaremos poner de ma nifiesto cómo esa comunión tiene sentido en cuanto participación del oficic de Cristo y , por tanto, en cuanto volcada a la salvación de to dos los hombres. i . El concepto de comunión en el sacramento de la Iglesia según el Vaticano II Decíamos que la innovación de mayor transcendencia para la vida de la Iglesia llevada a cabo por el Vaticano II fue centrar la teología del misterio eclesial sobre la noción de comunión \ E n efec to, la «Lumen Gen tium », escudriñando el contenido y la misión del misterio de la Iglesia a la luz del pían salvífico trin ita rio , ha elabora do en su capítulo segundo una eclesiología que parte de la comunidad de creyentes bajo el título de « E l Pueblo de Dios» 3. Como puede suponerse, ello no fue resultado de un momento. 1. Cí. A cta C ongressus in tern a tion a lis: th eoiog ia C on cila V atican i II, 26 sep.- 1 oct. 1966, Ed. Dahnis- Schonmetzer, Typis Polyglottis Vaticanis, Roma, 1968, tema I (De mysterio Ecclesiae), pp. 3-57 y en especial las co municaciones de los PP. A lfaro ( Ch ristus, sa cram en ium v e i P a iris; E c clesia, sa cram en tum Christi gloriosi) y De L ubac ( Quid sign ificet Ecclesiam esse m ysterium ). 2. De hecho, habia sido ya una de las tendencias preconciliares ; cf. H amer J., VE g lise est un e comm un ion (Unam Sanctam, 40), Ed. Cerf, París, 1962. El concepto de “ comunión” en sí, no encabeza ningún epígrafe de la Const. L.G., aunque explícitamente en la “Nota explicativa previa” se dis:a que es una noción estimada desde muy antiguo (ad. 2) y se insinúe en los números 7 y 8. Sobre todo, baña todo el cap. 2.°, cuyo título da una imagen de la Iglesia no sólo comunitaria, sino también histórica. El concepto apa rece en otros decretos, como AL, O, OR, M, etc. B alducci E., aduce razones ambientales —como la filosofía personalistica contemporánea— que hu bieran llevado a ese término: La Ch iesa com e com u n ion e, en “Testimo nianze” , n.° 119 (1969), pp. 771-780. 3. Cf. S emmelroth O., “La Chiesa nuovo popolo di Dio, en La Chiesa
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