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250 LA IG LESIA ES UNA COMUNION. lógica de aquel famoso «ex sese non autem ex consensu Ecclesiae» del Vaticano I ( L G 111, 25 y D S 3 0 7 4 , respectivamente). Y es que, a ni- vel de ontología, el Papa no está supra Ecclesia sino in Ecclesia. De ahí que al afirmar que el Romano Pontífice puede siempre ejercer li- bremente su poder supremo ( L G I I I , 22 ) no se pretende sugerir que el ejercicio del Primado se d irija por normas subjetivas o arbitrarias 87, sino que está vinculado a normas objetivas, a saber, la Palabra de D ios revelada, la tradición eclesiástica, los concilios ecuménicos, el mayor bien de la Iglesia de acuerdo con las exigencias que va rían en el transcurso de los tiempos y , por lo mismo, al munus episcopal co- municado a los obispos en v irtud de su consagración. E s en este sen­ tido en el que puede hablarse del Papa como sometido a su función, ligado y lim itado por ella ''s. Teniendo en cuenta que el Señor confirió la potestad suprema a todo el Colegio (Cabeza y miembros), aunque dinám icamente, es de­ cir, en línea operativa, esta potestad no pueda ser ejercida por los miembros smo subordinadamente a la cabeza — en comunión con ella— , tenemos que cuando el Papa obra como V ica rio de Cristo por su cuenta (seorsim, ex sese) no lo hace separadamente de ellos, como si la distinción de eses órganos de peder supremo fuera mutua y exclusiva. E l Pastor Supremo no ejerce jamás su diaconía desde fuera de la Iglesia sino desde dentro, aun en aquellos actos que le son pro­ pios, como llamar a los obispos a una acción colegial o aprobar la ac­ ción conjunta de éstos ( L G I I I , 22 ). Y , con todo, sigue siendo igual­ mente cierto que el Papa gobierna la Iglesia universal no en nombre del colegio de obispos, n i como delegado suyo, sino como su cabeza, en nombre de Cristo y como V ica rio suyo en la tierra 89. C ierto que el Colegio está condicionado por Pedro, y no viceverse, pero Pedro 87. P o r esa m ism a ra zó n la C om isió n te o lò g ic a r e c h a z ó a a u e lla f ò r ­ m u la “ u n i D om in o d e v in ctu s ” p r o p u e s ta a ù ltim o m om e n to y s u s ce p tib le d e m a la s in te rp re ta cio n e s . E1 P . C o n g a r es d e l m ism o p a r e c e r : “ L ’a u to r i­ tà d e l S om m o P o n te fice n o n si tr o v a a d essere lim ita ta in r a p p o r to a q u e ­ lla d ei v e scov i, n é sul p ia n o g iu r id ic o n é d a re g o le s critte d i d ir itto ; essa è lim ita ta d e llo S p irito S a n to c h e è il p r in c ip io a d u n tem p o tr a s ce n d e n te e d in m a n e n te d e lla v ita d el C o rp o d e l C risto e c h e in d u ce i m em b ri di q u e sto co rp o , com p re s o il su o s u p rem o p re sid e n te , il P a p a , a s ta re n el C orpo e a ris p e tta rn e la stru ttu ra , la q u a le p e r is titu z io n e d iv in a c o m ­ p o r ta l’ordo o collegium ep iscop orum ” , en o.c., p. 51. 88. T h ils G „ Unité et comm un ion dans l’Eglise, “ N ou v. R e v . T h é o l” . 91 (1969) 490. 89. A n to n A., P rimado y ..., o.c., p. 77.

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